Complace presentar textos como el que ofrecemos hoy a los lectores de TEBEOSFERA, y en particular a los ávidos seguidores del actual número, T9.
Hemos publicado ya trabajos de firmas de gran importancia de nuestra teoría de la historieta o del humor gráfico, comenzando por Antonio Altarriba y siguiendo por Antonio Martín, Jaume Capdevila, Vicent Sanchís, Federico Moreno Santabárbara, Antoni Guiral y otros (perdonadme los que no cito). Y seguiremos con otras firmas de peso, como las de Pons, Marín, Yexus, Trabado, Varillas y un largo etcétera (perdonadme, de nuevo, los no citados). Sus trabajos son relevantes, de referencia desde ya, pero a mí me encanta cuando publicamos un texto de un teórico que se prodiga poco pero que cuando escribe lo borda.
Es el caso de un amante de la historieta como hay pocos e inteligente analista como hay menos, autor de no muchos textos en el pasado (sobre clásicos como Spirit, Raymond, Kurtzman, Caniff, Stevens...) que nos regala las circunvoluciones hoy con un artículo sobre la serie británica Oh, Wicked Wanda! En este texto, su autor da todas las claves que nos interesan sobre aquel tiempo y además repasa la evolución del género picante y erótico hasta los años setenta, sintetizando un conjunto de ideas muy sólidas para seguir adelante con este número dedicado a la imagen de la mujer en los cómics, con especial detenimiento en la historieta erótico pornográfica. Él ha disfrutado escribiéndolo, nosotros revisándolo y editándolo, y ahora vais a disfrutarlo todos los interesados en leerlo.
Señoras y caballeros... con ustedes, una firma que ya es mayúscula en la teoría sobre cómic en España: ¡Eduardo Martínez-Pinna!
La edición, a cargo de Antonio Moreno, juega a favor de la excelencia de este documento.
Tebeosfera. Consolidamos firmas.
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