martes, 4 de marzo de 2008

CAGE, DE AZZARELLO Y CORBEN

CAGE. Noir negro

Por Antonio Santos (de su serie La voz en el desierto, entrega 39)

QUENTIN TARANTINO le hubiera sacado punta a este Cage; SPIKE LEE y su cine racista, también. No dudamos de que BRIAN AZZARELLO ha puesto todo su buen hacer en intentarlo, pero ha preferido echar mano a un clásico y jugar sobre seguro a arriesgarse a concebir un fracaso. Moderno tratamiento, en clave de GUETTO, de un personaje que los habituales de la BIBLIOTECA MARVEL (no importa cuál) reclaman insistentemente que sea publicado: POWERMAN. Petición que el editor de la valiosa Biblioteca, en todos los sentidos, se empeña en mantener alejada de las estanterías. Muchos ya veremos razonan su respuesta. Entre tanto, colecciones que a nadie interesan ven la luz.

Datos técnicos.-

Cage. Publicado en España en 2003 en dos tomos, agrupando los CINCO números de la edición USA de tebeo de grapa, manados de la CASA DE LAS IDEAS en 2002, LÍNEA MÁX, algo aparentemente duro/maduro, enésimo intento MARVEL por eclipsar la LÍNEA VÉRTIGO de DC COMICS. Escrito, con exasperante economía, por Brian Azzarello; dibujado con su siempre sugerente y llamativo estilo por RICHARD CORBEN. Colorines informatizados (fríos, rutinarios): JOSÉ VILLARRUBIA. Traducido por EDUARDO LÓPEZ; rotulado por DAVID ARELLANO. Realizado por GINA ROSQUELLES. FÓRUM se apunta el tanto. ISBN: 84-395-1654-1 (obra completa). El tomo 1 (3,50 €) recoge los números 1 y 2; el tomo 2 (4,70 €) del 3 al 5. Jaculatoria en contraportadas de EDUARDO LÓPEZ LAFUENTE, ensalzando la grandeza biográfica del personaje y lo gloriosa que es la línea MAX (profusamente adornada con nombres, que más parecen una HAGIOGRAFÍA que un compendio de datos).

De qué va.-

COSECHA ROJA en un guetto neoyorkino actual.

Un clásico requeteexplotado.-

Junto con ROMERO Y JULIETA, sin duda, la novela de DASHIEL HAMMETT es una de las obras más adaptadas y transformadas que podamos señalar. Cuando alguien no tiene argumento, echa mano a una de estas dos fórmulas y cumple. Quizás al lector le parezca un exceso remontarnos a una NOVELA NEGRA escrita en 1927 (y que contiene fuertes referencias biográficas del autor, cuando era revientahuelgas a sueldo de la famosa –o infame- AGENCIA PINKERTON DE DETECTIVES) para señalar el referente de este tebeo, pero este es el caso. Y si por un casual ignora la trama de dicha novela, le prestaremos dos grandes ejemplos del cine para ilustrarle: YOJIMBO y POR UN PUÑADO DE DÓLARES, que se ciñen a la estructura mencionada. BRUCE WILLIS protagonizó su última adaptación decente (situándola en la época de su concepción): EL ÚLTIMO HOMBRE. Sin embargo, podríamos emitir un listado de series, más o menos oscuras, donde la trama socorre algún episodio. Pero, por mera saturación, lo eludiremos. Muchos de estos episodios son un chabacano fiasco, pero no suele faltar alguno que la dignifica y se dignifica, a su vez, recurriendo a sus méritos.

The pusher bulletproof.-

El protagonista de este bizarro producto (cuyas viñetas sincopadas se meten por los ojos; se imponen y resuenan; al principio, Corben no parece el idóneo para acometer la labor. Luego se advierte que nadie mejor que el veterano autor UNDERGROUND para plasmar el ambiente de miseria y decadencia con el cual trafica el guión/telegrama de Azzarello, curtido con 100 BALAS en el noir) es una revitalización del popular HÉROE DE ALQUILER que tanta nostalgia concita, ideado en 1972 por ARCHIE GOODWIN (a la literatura) y GEORGE TUSKA (a los lápices), una efervescencia Marvel de cuando la Casa de las Ideas era un frenesí de ideas e imaginación desbocada (no como ahora, que es una sombra renqueante en constante autorregeneración y retroalimentación).

Para aquellos lectores un tanto en ayunas del mito, recordaremos que aquel LUKE CAGE (personaje favorito de NICOLAS CAGE, de quien toma el apellido artístico) era un camello de poca monta a quien su socio (un menda digno del escuadrón liderado por DAVID CARRADINE en KILL BILL) se la juega, le mata a la parienta y redondea la jugada metiéndole en el trullo un chorro de años. Allí, el recluso llamado LUCAS (Luke Cage es un alias de fugitivo) se presenta voluntario a un experimento concebido por el DR. NOAH BERSTEIN (un judío dándoselas de MENGELE) que acaba curtiéndole la piel y nutriéndole los músculos con una fuerza sobrehumana. PRISON BREAK mediante, el convicto recala en Nueva York, donde lo fagocita la moda tipo LA QUINTA DIMENSIÓN y su ERA DE ACUARIO y los superhéroes prosperan como champiñones. Viéndole negocio a sus poderes, se mete a héroe de alquiler, lo cual venía a constituir un tibio intento de Marvel por tener una línea de género negro, una vertiente de cotidianeidad, de producción de amplio espectro, alejado de las sagas cósmicas y los supervillanos desquiciados y postular a favor de las reivindicaciones sociales de principios de los 1970.

Pese a que la serie acabaría feneciendo (Luke Cage podría ser antibalas, pero no antimalas ventas), se las apañó para aureolarse de mito nostálgico.

Cuanto más cambian las cosas, más siguen iguales.-

Acusada nostalgia es la que parece haber animado a las gobernantes seseras de Marvel para encargar esta saga. (Remitámonos a LaFuente para más datos.) Bajo los dudosos palios de lectura para adultos que aparenta el sello MAX, Azzarelo le permite a Corben explayarse dibujando tías de tetas generosas y tíos cachas de definidos abdominales. Y hasta ahí, casquería al margen. Porque Azzarello apenas se ha comido el tarro tramando algo fuera de los estándares reseñados: forastero codicioso que llega a un lugar en litigio entre dos fuerzas mafiosas y trata de exprimirlas mercenariamente. Acaba apiadándose de las víctimas y, redimido de su codicia mediante una paliza mala y de verdad, reivindica a los débiles, saliendo triunfante. (En el suceso histórico en el que Hammett se basa ganan los malos, por cierto, y él les ayuda.)

Azzarello, no obstante, se vale de los recursos del “negro” (sin segundas, aunque esta obra esté poblada por negros, esa raza extinta, según el bienpensante criterio de la AGIT-PRO gubernamental) para darle un lustre genuino a su historia. Frases cortas y cizalladas. Palabras poderosas escogidas. Bajos instintos. Arrabales. Tortuosas motivaciones enmascarando eternos instintos básicos. Sexo (diluido) y codicia, balas y villanos estrafalarios, dueños de la vida y la muerte. Un mercenario sólido, poderoso y de turbio pasado. De todo esto, es Corben quien cosecha los éxitos, mientras que a Azzarello debemos limitarle los triunfos, aunque podamos remarcarle los suficientes como para recomendar al lector esta obra con la conciencia plenamente tranquila. De tales triunfos: el primero es que, fiel al espíritu del clásico (novela o filmes), el protagonista carece de nombre (todos le dan uno; le suponen uno; él jamás lo dice) y aunque en portada aparezca Cage, podemos arriesgarnos a intuir que, dadas las connotaciones que posee la palabra en inglés, hace referencia al guetto. Otro triunfo es la galería de personajes. Y acerca de los poderes antibalas del protagonista: todo está en el aire. En las páginas finales sospechamos que sí, que el HOMBRE SIN NOMBRE es antibalas de verdad, pero también es un final ambiguo y abierto que deja ávido de respuestas, de aventuras, de despejar el enigma. Otro crédito es su estilo, tan conciso como cicatero, idóneo para el tipo de historias y personajes que deben nutrir a este Cage, que comparte con aquel otro del 72 un turbio pasado delictivo y una novia cadáver. Azzarello describe, con una frase, todo un tortuoso proceso experimental, como simiente de una explicación más extensa en entregas sucesivas.

Espera sentado.-

Pues parece ser que Marvel tanteó el mercado con esta saga, y no ha parecido encontrar señales halagüeñas. Azzarello ha sentado las sólidas bases para un CONTINUARÁ esperanzador, que, no obstante, no tiene visos de producirse.

Recapitulando.-

La obra, si algo nos deja bien claro, es que no hay esperanza. El ambiente sórdido del guetto perdurará, no tanto por el declive del medio urbano, como por la imperfección humana, empeñada en traer maldad y decadencia, vicio y pecado, a su biosfera (apúntatelo, AL GORE, tragafuegos.) El uso de clichés (los mafiosos italianos) ha resultado sumamente beneficioso y positivo en el conjunto de la historia, tan empeñada en resaltarnos este trágico sino.

Hay rumores de una película, en principio protagonizada por WESLEY SNIPES. Confiamos que sea mucho mejor que la de GHOST RIDER. Brr.

Todas las mermas que podemos atribuirle a la historia (que, repetimos, es en clave de género negro, con un alto porcentaje de procacidad, feo lenguaje y perversos instintos) se centran en el conciso estilo de Azzarello, que a veces no cumple su función descriptiva. Alguna frase más, ¡incluso un adjetivo solo!, hubiese otorgado una gloria a este Cage que Corben logra con su estilo gráfico, ajustado a los monstruos deformes (del alma) que protagonizan estas páginas, infocoloreadas con lo que es ya una regla asentada, y le resta oportunidades al infocoloreador de mostrarnos su sello distintivo. Lo que gana en efectos, lo pierde en arte. Esto plantea la pregunta de que si acaso el canje no es excesivo…

Lo mejor.-

Junto con Cage, LÁPIDA, ese perverso remedo de MICHAEL JACKSON.

La página.-

La 6, número 1.

La viñeta.-

Quizás la 5 de la página 23, segundo tomo.

La frase.-

Cage: No entiendo el espagueti.

MARTILLO: ¿Y entiendes el verde? –en referencia al soborno que le hace.

Lo peor.-

El ambiguo final.

Reseña de Antonio Santos

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