jueves, 15 de noviembre de 2007

IBAÑEZ EN EL CULTURAL

Ibáñez, en El Cultural de El Mundo

Hoy, Ibáñez y sus creaciones Mortadelo y Filemón son portada de El Cultural, revista que actúa como suplemento de cultura del diario El Mundo los jueves, editada por Prensa Europea bajo la dirección de Blanca Berasategui.

Con motivo de la próxima celebración del cincuentenario de los desternillantes personajes detectivescos de Ibáñez, Mortadelo y Filemón, que nacieron en las páginas del semanario infantil Pulgarcito en enero de 1958, El Cultural publica un artículo de Felipe Hernández Cava en el que se extiende sobre la obra profesional de Ibáñez, sobre sus personajes y otros con los que compartieron tripa en aquellos tebeos crueles pero enternecedores de los años cincuenta y sesenta, y sobre los mecanismos del humor que utilizan sus historietas.

Cava fue el responsable de la exposición antológica que conmemoraba los cuarenta años de vida de los personajes, organizada por el Círculo de Lectores entonces, y ahora acierta a señalar cuáles son las características más destacables de estos personajes, los más queridos y comprados por el público español hasta la llegada de los superhéroes, los manga, los sms y los hipermedia. Cava, en su artículo, esquematiza el humor de Ibáñez describiendo como: dicotómico como el clásico, pesimista como el de Berlanga, más británico y surreal que el de Jardiel, mejor caracterizado que el de Vázquez, originalmente transformista, con finales a la burlesque y persecución al fondo.

Me tomo la libertad de extractar los párrafos finales de su artículo:

«En el sadismo de Mortadelo y Filemón (…) la libertad se introduce por nuestros poros contra lo establecido a través de la sublimación de una agresión bien enfocada contra todo y contra todos, de la que, aunque resulte incorrecto políticamente, no se salva nada ni nadie.

Si tanto nos cuesta adaptarnos al mundo, quedémonos al menos con la esperanza emancipadora de ver los infinitos modos de destruirlo con que este dúo de irresponsables se convierten en los demiurgos de una terapia que actúa de paliativo ante las múltiples contrariedades que nos agobian.

El buen gag, decía Pierre Étaix, hombre orquesta del humor, nace siempre de una obstinación en querer franquear lo infranqueable, en lugar de evitarlo dando un rodeo, y las miles de páginas de Mortadelo y Filemòn son la crónica de esa obstinación en atravesar a toda costa lo imposible.»

Corriendo al quiosco, todos, ya.

Manuel Barrero

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