Con motivo de sus labores como comisario de las exposiciones sobre los tebeos y la guerra civil española, y su posguerra, Antonio Martín ha sido entrevistado y reproducimos aquí el resultado de esta entrevista, en la que lanza una mirada sobre la industria española del cómic en general y sobre aquellos tebeos en particular.
¿Cómo ha evolucionado la relación entre cómic y sociedad en España a lo largo de la historia? ¿Se ha alejado el cómic hoy en día de los problemas sociales y políticos?
Antonio Martín.- La historieta o cómic nació en España en la prensa satírica y de humor dirigida a lectores adultos en el último tercio del siglo XIX., y lo hizo con la categoría y las posibilidades expresivas de un nuevo medio de comunicación.
Pero, posteriormente, los editores industriales, y sesgadamente algunos educadores que no valoraban la entidad y posibilidades expresivas del nuevo medio, encasillaron al cómic solo en sus posibilidades recreativas y lo desviaron hacia los niños, casi exclusivamente, con el resultado de su infantilización y reducción a ser solo parte de la industria del entretenimiento. Esto se agudizó en la postguerra civil y hasta bien entrados los años 40.
Actualmente, el cómic español ha recuperado su condición de medio de comunicación y ha estrechado sus relaciones con el grupo social, por lo que hoy alcanza cualitativamente una importancia igual a la del cine o la novela. Otra cosa es que cuantitativamente haya perdido su condición de medio de masas.
Tú que has estudiado la historia del cómic y la del juguete ¿Qué relación tienen? ¿Cómo influye el cómic en el desarrollo del niño y qué aporta frente a la televisión, videoconsolas y demás fuentes de entretenimiento predominantes hoy en día?
Antonio Martín.- Al igual que el juguete, el cómic es en último término una parte de la cultura de una sociedad en un momento dado. Y, en definitiva, el cómic es lectura y para funcionar correctamente exige la participación activa de quien lo maneja y lee, lo cual le aleja radicalmente de los sistemas instrumentalizados para solo el ocio que actualmente se han impuesto en nuestra sociedad de consumo total.
¿Podrías dividir las aportaciones actuales del cómic en España en grandes corrientes o estilos?
Antonio Martín.- El momento actual viene marcado por la crisis, entendida como un punto de inflexión a partir del cual es posible un cambio radical. Hoy predomina en España el cómic de superhéroes y sobre todo el manga japonés, y muchos dibujantes españoles de cómic dibujan o quieren dibujar superhéroes y manga.
La escuela de dibujo realista que ha marcado siempre el estilo más personal del cómic español, con autores de la importancia de Alfonso Font, Jorge Bernet, Carlos Giménez, Víctor de
Es en el estilo humorístico, otro de los más propios del cómic español, donde encontramos una mayor actividad y enormes posibilidades gracias a autores de la talla de Max, Manel Fontdevila, Alfons López, Pablo Velarde, Monteys, Ágreda, Jan, José Luis Martín, etc., etc.; y no menciono a Ibáñez porque este hoy solo es un calco industrial de sí mismo.
Finalmente, tenemos a la generación más joven, que se decanta en gran parte por trabajos introspectivos, miradas sobre sus experiencias personales, reflexiones minimalistas y cómics en los que importa más lo que se cuenta que el cómo se cuenta, por lo que muchas veces el dibujo es muy discutible.
¿En los últimos años, cuáles son los principales cambios que se han producido en cuanto a la relación cómic-lector? (gustos, función del cómic de entretener, ser testigo de la historia
)
Antonio Martín.- Desgraciadamente, y desde mi análisis, el cambio principal no es el cualitativo, pese a que se ha producido y a que es muy importante. El cambio verdaderamente decisivo ha sido el cuantitativo: la desaparición de muchas editoriales, la debilidad de la mayoría de los editores que hoy quedan y paralelamente la concentración editorial en manos de dos o tres grupos de comunicación, que amenazan y van a amenazar mucho más el futuro del mercado, en un fenómeno similar al señalado para el mundo del libro por André Schiffrin.
El cómic ha perdido, y este problema se inició ya hace casi dos décadas, su condición de medio de masas, ha perdido el quiosco y se ha refugiado en las librerías especializadas. Se editan muy pocos ejemplares y en el caso de una mayoría de títulos sobran ejemplares, ya que los compradores son aún menos.
Fuera de autores muy concretos, como puede ser por ejemplo Francisco Ibáñez y de fenómenos mediáticos como fue en su día Dragon Ball y hoy puede ser Naruto, ambos manga japoneses, los lectores españoles de cómic son minoría y se corre el riesgo de que el medio pueda convertirse en objeto de culto, como de hecho ya lo es entre algunos subgrupos de lectores. A cambio, el cómic español de este inicio de siglo es cada vez más responsable, se integra cada vez más en la cultura del país, refleja más el momento histórico de la sociedad española. Y, pese a la disminución de editores, de títulos propios y de lectores, paradójicamente surgen más y más nuevos autores de cómics.
¿Puede hablarse de un estilo español de hacer cómics (diferente, por ejemplo del japonés o el americano)? ¿Qué corrientes o editoriales internacionales han influido en él?
Antonio Martín.- Radicalmente sí, hay una manera de hacer española, con varios estilos. Muy diferente a la de otros países, lo que ha hecho que los dibujantes españoles hayan sido muy bien acogidos e incluso buscados por los editores internacionales.
Si bien es cierto que los dibujantes españoles de cómics, sobre todo cuando son jóvenes, siempre se han mirado mucho en el cómic norteamericano, sobre todo en el realista o de aventuras, con grandes epígonos como Alex Raymond o Milton Caniff. Pero siempre como un elemento más que añadir a la cocina propia del dibujante español.
En la actualidad la mayor influencia foránea es la del cómic de superhéroes yanquis a efectos prácticos. Y podríamos decir que a efectos románticos se está imponiendo la influencia del manga japonés, de forma lenta pero segura, y utilizo el término romántico a falta de otro mejor por cuanto la influencia del manga no se refiere estrictamente a su dibujo sino más bien a su estética que trasciende una filosofía propia, fruto de una cultura profunda y radicalmente distinta a la occidental. Y es precisamente esto lo que pone a los mangakas españoles, tanto lectores como dibujantes.
Dado que comisarías dos exposiciones sobre los cómics de
Antonio Martín.- Técnica y expresivamente los cómics de
Mientras que los cómics realizados en
La exposición se realiza con tebeos y revistas publicados durante la guerra, que son verdaderos incunables, muchos inexistentes en bibliotecas y hemerotecas públicas.
¿En qué medida influyeron los cómics, pegatinas, carteles, etc. en la posición ideológica de la gente y en su estado de ánimo en el conflicto?
Antonio Martín.- En la zona controlada por los militares rebeldes, con la contribución de falangistas, carlistas, monárquicos alfonsinos, militantes de Ceda y toda clase de grupos y gentes de derechas, los cómics y los tebeos en que se publicaban tuvieron una gran importancia por participar activamente en el lavado de cerebro a que se sometió la mentalidad de los niños azules. En cambio, en
La repercusión de la propaganda sobre el estado de ánimo de las dos retaguardias fue proporcional a la situación real de la vida cotidiana, con su reguero de heridos, muertos y progresiva escasez, debiendo tenerse en cuenta particularmente cómo la retaguardia republicana se vio sometida a cruentos bombardeos sobre ciudades abiertas y sobre la población civil.
Cómo evolucionaron estas publicaciones a medida que la guerra llegaba a su fin?
Antonio Martín.- La evolución de los tebeos republicanos se concretó en el progresivo deterioro de sus condiciones técnicas, debido a la escasez de papel, de tintas de imprenta, de maquinaria, que provocó la guerra; al avanzar el año 1938 además disminuyó el número de lectores, y salvo unos pocos títulos se llegó al final de la guerra en condiciones penosas. Entre los rebeldes ocurrió lo contrario: recibían materias primas de Alemania, aumentaba el número potencial de lectores y los tebeos se convirtieron cada vez más en soportes propagandísticos de Franco y de su Movimiento, pero los cómics que se publicaban en estos tebeos no fuero mejores.
Descríbenos algunas de las obras más curiosas de la exposición.
Antonio Martín.- Es imprescindible prestar atención a los números expuestos del tebeo Pelayos, publicado por
¿Crees que esta exposición puede servir para acercar el cómic al público que no lee habitualmente historietas?
Antonio Martín.- Intento e intentamos contribuir a la recuperación de la memoria histórica desde nuestro medio, llevando a primer plano de la atención pública una serie de publicaciones y tebeos en los que se publicaron cómics que son desconocidos para casi el total de los españoles. Ójala ello contribuya a ampliar la mirada y el foco de interés de todo el público, incluído el que habitualmente no lee historietas.
Explícanos en qué consiste la otra exposición de la que eres comisario en este Salón,
Antonio Martín.- Esta exposición también se centra en la recuperación de la memoria histórica, pero en este caso el período documentado es el de la democracia. En la exposición se recoge una muestra de los cómics sobre
Las obras expuestas no son solamente españolas. Y quiero insistir en que se trata solamente de una selección de obras entresacadas del casi centenar de cómics sobre
La exposición muestra páginas originales dibujadas por algunos de los autores más importantes que han tratado la guerra civil en sus obras. Ello y la limitación de espacio ha obligado a realizar una doble selección de los materiales a exponer. Una la selección que yo he realizado a partir de mi valoración de los autores y sus obras, con el deseo de mostrar no solo los cómics realizados por la izquierda o por dibujantes comprometidos con planteamientos democráticos, sino también los cómics realizados desde la extrema derecha. Y hay una segunda selección, que no ha dependido ni de mí ni del Salón del Cómic y que ha venido determinada por la disponibilidad de los originales, debida a ello han quedado sin exponer algunas obras que considero fundamentales o muy importantes.
¿Qué autores y obras han hecho una aportación más valiosa en este tema?
Antonio Martín.- Si hablamos en general deberemos destacar las aportaciones de Antonio Hernández Palacios, con sus series Eloy y Gorka, que contemplan la guerra desde Madrid y el País Vasco respectivamente; los cómics del autor underground norteamericano Spain Rodríguez; las historietas de Alfonso Font, pocas pero intensas; la serie No Pasarán del italiano Giardino; los estupendos guiones de Víctor Mora escritos para el libro 1936-1939. Tormenta sobre España con dibujantes extraordinarios como Florenci Clavé, Antonio Parras, José Ortiz y Tha; el comic book del mutante Lobezo realizado por Larry Hama y Marc Silves, que logran llevar a un superhéroe americano al escenario de la guerra; los álbumes de los franceses Giroud-Dethorey y Tito; y el libro de varios autores Nuestra Guerra Civil publicado por Ariadna Editorial. Y sólo entresaco las aportaciones más valiosos. Y desde la derecha merece estudio el álbum Setenta días en el Infierno. La gesta del Alcázar de Toledo, uno de los que no nos ha sido posible exponer, como ejemplo de cómo sigue entendiendo la derecha española nuestra triste y desgraciada guerra civil.
Actualmente, ¿se siguen haciendo cómics sobre la guerra civil? ¿Son muy diferentes a los de la exposición?
Antonio Martín.- Sí, continúan produciéndose, este año 2006, por ser el setenta aniversario del inicio de la guerra, aparecerán varios libros de cómics sobre la misma:Uno de Forges, que es reimpresión de una obra anterior y sigue siendo igual de actual. Otro de nueva creación de Carles Santamaría y Pepe Farruco, Primavera Tricolor, que apareció en el mes de abril. Otro, que antes citaba, titulado Nuestra Guerra Civil, obra de varios autores. Más la edición en libro de la serie de historietas escritas por Víctor Mora, autor del Capitán Trueno, y dibujada por nueve artistas, que se pondrá a la venta el día 18 de Julio... Y seguro que se publica algo más en Asturias. Todo ello, más todas las obras anteriores, más los cómics y tebeos editados durante
Entrevista cedida por Antonio Martín
Imágenes de las dos recientes publicaciones citadas: Nuestra guerra civil, cubierta y una imagen interior, y cubierta de Primavera tricolor
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