Hay muchas maneras de disfrutar los tebeos, variedades de goce que van desde la identificación con los personajes que alimenta el cosplay hasta la lectura analítica y atenta de los estudiosos; desde disfrazarse siguiendo un modelo hasta firmar un ensayo sesudo: todas ellas son formas diferentes de interpretación (basta con acudir a un Salón del Cómic y observar a los asistentes para comprobarlo). La contemplación y lectura de historietas es tal vez el modo mayoritario entre los aficionados, sobre todo si se tiene en cuenta el añadido que supone asumir la afinidad existente entre la vida teórica y la vida contemplativa. Pero contempladores somos todos los que nos acercamos a los tebeos con la voluntad de desentrañarlos mientras los disfrutamos.
En esta ocasión presentamos las manifestaciones personales de un puñado de lectores y estudiosos de los tebeos, donde declaran el origen de su afinidad con ese mundo maravilloso de criaturas dibujadas y enhebradas al alcance de quien se acerque a sus territorios. Aquí el enlace:
¿Dónde hay una esfera en la que habitan muchísimos estudios sobre cómic? En Tebeosfera
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