lunes, 9 de enero de 2023

El mismo idioma con otro acento


Javier Coma decía que junto al cine y el jazz, la tercera gran aportación estadounidense a la cultura popular la constituyen los cómics. En el caso del jazz, no hay duda de dónde, o en qué sector de la población, encuentra esta música su ambiente natural. Pero en lo que al cine y el cómic se refiere, la cosa cambia. Conviene recordar que Estados Unidos, en el siglo XX en particular ―en el que florecieron estas tres manifestaciones culturales―, era un país tremendamente diversificado en cuanto a la procedencia de sus habitantes y no todo se redujo a la hegemonía WASP (es más bien al contrario). Así, en el artículo que ahora presentamos, José María Conget comienza recordando la presencia de importantes actores y productores cinematográficos de origen judío que tuvieron que sortear su circunstancia social. 

Pero el grueso del artículo de Conget se centra en la realidad de las tiras de prensa realizadas por artistas de condición afroamericana. Es una aportación, la de nuestro escritor, que entronca, por un lado, con la recuperación de la historia del medio historieta iniciada en las últimas décadas; pero, por otro lado, entronca también con la novedad de los Estudios Culturales iniciada en EE. UU. tanto desde  ciertos departamentos universitarios, como desde revistas especializadas, blogs, etc. Poniendo en valor el papel desempeñado por las denominadas "minorías" (un término más que relativo) en el desarrollo de los medios se obtienen resultados que favorecen la instalación de esos mismos medios en la sociedad. Este es un artículo que se inscribe en esa línea: 


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