Los cómics estadounidenses de superhéroes convirtieron durante la Guerra Fría a los comunistas en sus preferidos supervillanos. De ello nos informa el interesante artículo de Andrea Hormaechea, que no se centra en los populares héroes de las editoriales estadounidenses, sino en sus rivales, aunque con el tiempo algunos cambiarían de rol, como reflejo del acercamiento en los años ochenta de los dos rivales políticos.
Hasta ese momento, los superhéroes debieron enfrentarse a diversos tipos de villanos comunistas que representaron la contienda geopolítica que en la vida real enzarzaba a Estados Unidos y la Unión Soviética. Así, el temor al espionaje fue representado a través de figuras luego tan ligadas al Universo Marvel como la Viuda Negra, originalmente concebida como una villana destinada a infiltrarse entre los héroes norteamericanos para minarlos. Aunque finalmente acabara por renegar del comunismo.
La rivalidad tecnológica en el campo militar también se trasladó a los cómics de superhéroes, a través de la pugna entre el superhéroe mejor armado de Marvel, Iron Man, y su contrapartida soviética, la Dinamo Carmesí. Unas lizas que no tardaron en alcanzar a los supergrupos: si los Vengadores representaban el equipo más poderoso de Estados Unidos, durante la Guerra Fría se verían enfrentados a unos rivales soviéticos de su mismo nivel, los Super Soldados Soviéticos, en los que la iconografía resultaba evidente: la hoz y el martillo de Vanguard, o la presencia del Mayor Ursus, siendo el oso la fiera con la que se identificaba a Rusia.
De este modo, aunque por fortuna la Guerra Fría se lidió en el ámbito político y económico, en los cómics de superhéroes los lectores pudieron comprobar que, desde la óptica marvelita, en una contienda física los estadounidenses estaban llamados a triunfar.
La representación del comunismo en el cómic de superhéroes. Del espionaje al colaborador
Tebeosfera. Komiks
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