Lo llamemos como queramos, "cambio climático", "clima cambiado", "peligro medioambiental" o "urgencia climática", lo cierto es que en los últimos ciento cincuenta años, y exponencialmente, la humanidad ha generado unos efectos sobre la naturaleza que han trastocado su desarrollo cíclico, siempre de cambio, pero ahora brutalmente acelerado. Las proyecciones del presente sobre el futuro, de seguir bajo las mismas condiciones, resultan desoladoras, mientras que, como respuesta, reducir la denuncia medioambiental a una moda pasajera es un intento pueril e irresponsable de ocultar o negar lo evidente.
El cómic es un medio tan válido como cualquier otro (prensa, cine, televisión, etcétera) para no solo entretener, sino también informar, describir, divulgar o explicar realidades no ficticias, sean estas históricas, científicas, políticas o... medioambientales (que las incluye a todas). En el enlace que ponemos a continuación, Manuel Barrero da cuenta de dos cómics comprometidos con esta divulgación, dirigida a públicos de diferentes edades. Se trata de Cambio de clima (Saison brune), de Philippe Squarzoni y Cosas verdes. Conoce y defiende la naturaleza, de Ole Mathismoen y Jenny Jordahl. Ojalá este tipo de iniciativas no cayesen en saco roto.
Preservación de la esfera de las historietas; Tebeosfera
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