Hablar de la obra de Alan Moore siempre implica adentrarse en muchos terrenos a la vez. En sus trabajos se refleja su voluntad anarquista, y el férreo control tatchteriano, que trasladó a sus antihéroes y distopías, así como el ambiente victoriano del siglo XIX, y el afán por el pastiche al mezclar personajes y elementos de otras épocas, entre otros muchos elementos. Incluso, su faceta literaria ha despuntado en esta última década con la edición en castellano de su novela más ambiciosa, Jerusalén (2019), que se sitúa en su ciudad natal, Northampton. Y, de un modo u otro, aunque las adaptaciones cinematográficas solo le dieran disgustos al autor británico, estas siguen ahí a disposición del público, y establecen sus propias relaciones con los guiones y dibujos iniciales.
Para esta último número de Tebeosfera, el profesor y conferenciante Alfonso Merelo examina cuatro adaptaciones a la gran pantalla de la obra de Moore (Desde el infierno, 2001; La liga de los hombres extraordinarios, 2003; V de Vendetta, 2006; y Watchmen, 2009) atendiendo, sobre todo, a su fidelidad con el cómic original y la calidad que se desprende de todo el proceso.
EL VALOR CINEMATOGRÁFICO DE LA OBRA DE ALAN MOORE
Tebeosfera. ¿Tebeos leales?
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