martes, 10 de septiembre de 2019
ENTINTANDO EN LAS SOMBRAS
Hoy está feo llamar a alguien negro, aunque sea un literato cultivado. La figura del nègre littéraire o del ghostwriter es bien conocida en la novela y en el ensayo. Es sabido que no todo lo que firmó Alexandre Dumas lo escribió él. El religioso que amaba los tebeos (religiosos) Fray Justo Pérez de Urbel tampoco escribió todo lo que está a su nombre. ¡Ni George Lucas elaboró la novelización de Star Wars, claro que no! Es así. Por eso los negros aún existen, porque son necesarios, y seguirán existiendo.
En la historieta también los hubo y los hay. Todos tenemos conocimiento de que las grandes tiras de prensa de los grandes artistas americanos eran terminadas por un ejército de laboriosos artistas. También sabemos que los tebeos de los grandes nombres de la historieta europea (Hergé, Peyo, Ibáñez...) llevaban solo su firma pero no los realizaban ellos al completo. Y esto no solo ha sido propio de grandes autores de renombre, otros dibujantes que querían aumentar su producción recurrieron a ayudantes de taller para conseguirlo. Esta entrevista cuenta una experiencia de uno de los ayudantes de Fernando Fernández, Albert Tarragó (entrevistado para Tebeosfera por Miguel Ángel Ferreiro):
LA SOMBRA DEL ENTINTADOR
Tebeosfera. Luz y taquígrafos.
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