Recordar la efeméride de la Revolución Rusa implica reflexionar sobre la razón y la necesidad de las revoluciones sociales.
Y también implica meditar muy detenidamente sobre el origen de las mismas. ¿Por qué no se
produjeron antes si la opresión señorial sobre la masa campesina, gremial u
obrera había sido muy ruda desde la antigüedad? ¿Es que para toda revolución hacen
falta cabecillas que lideren la pasión que inflama pechos y que aúpa puños?
Se ha brindado a responder a estas preguntas el profesor,
experto en mitología y además buen escritor de novelas de todo signo Ricardo Vigueras, español que oficia
como profesor en México. Y lo hace acudiendo a una figura que nos puede
sorprender en un principio: Espartaco. ¿Qué tendrán en común el tipo del mentón
con hoyuelo y el comunismo, nos preguntaremos? Pues mucho. Porque el Espartaco
real no sabemos si pudo parecerse a Kirk Douglas pero desde luego sí que
presenta similitudes con el proceso de toma de poder en Rusia, bien que Lenin y
Stalin ocuparon tronos a los que no llegaron Espartaco y Craso.
La figura histórica de Espartaco es poco conocida debido a la distorsión que ha sufrido en el cine y los tebeos, de ahí que convenga especialmente leer este denso ensayo de Vigueras:
Tebeosfera. El
fantasma que recorre los tebeos.
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