lunes, 8 de mayo de 2017

LA MAGIA DE COLL



En TBO imperaba la física euclidiana y newtoniana. Siempre fue así. Todo era gráfico y se desplomaba. El trompazo quedaba asegurado al final de las historietas. Pero cuando llegó Coll la física se tomó un deliberado descanso para fluir con timidez. Coll vino a enamorar a las esculturas y colonizó todas las islitas de náufrago, e hizo de la sorpresa un preludio del ingenio, cuando antes lo era del chasco. Coll también fue un náufrago en un océano de tebeos con un estilo muy distante del suyo. Era un artesano maldito por su oficio, de constructor de casas, que en realidad albergaba a uno de los mayores artistas de nuestra historieta; deconstructor, paradojicamente. Tómese una viñeta suya, cualquiera, amplíese mil veces y tendremos un mural.
Álvaro Pons lo deja claro en este análisis iconológico de sus historietas, acertadísimo y ameno.

JOSEP COLL. EL ALBAÑIL QUE HIZO DE DIBUJANTE

Tebeosfera, la magia de la línea. 

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