Hubo un grupo de autores que maduraron sobre todo durante los años sesenta y setenta que se obstinaron por romper los cánones establecidos por tradición. En Japón estaban los gekiga. En los Estados Unidos los de la corriente underground. En Europa estaba la historieta humanoide, pero también fue larvada una disidencia (al menos plástica) desde el interior de la historieta clásica.
Hermann fue el mejor exponente de esta reacción contra lo establecido, si bien su formación artística fue realmente "cuadriculada". Este belga de trazo inconformista logró inocularnos el veneno de la aventura con una obra que, en su conjunto, resultaba áspera en un principio, incluso poco atractiva. Pero con el tiempo ha sido reconocido como uno de los mayores genios en la composición de atmósferas y en la generación de tensión dentro de una viñeta.
Yugurtha, Bernard Prince, Jeremiah, Les tours de Bois-Maury, Sarajevo-Tango, Vlad... Hermann ha tocado todos los palos de la aventura, desde el policial al horror, pasando por el espionaje y el histórico. Y si a eso añadimos que se atrevió además a escribir él mismo sus historias, guiones temerarios y críticos, convendremos que estamos ante un maestro de la historieta europea.
De ahí que este repaso a su trayectoria por parte de Juan Agustí resulte tan necesario hoy:
Tebeosfera. Reos de la maestría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar un comentario, si lo deseas; no ofendas, si puedes. Gracias