Da lástima que una serie tan hermosa como
Vicerversa haya sido tan poco accesible a la mayoría de los aficionados a la obra de Jan en particular y del cómic en general. Se trata de un conjunto de historietas dirigidas a un público infantil, cierto, y está plagada de disparatadas propuestas de carácter fantástico, indudablemente, pero es uno de los tebeos más frescos, simpáticos y ágiles de su autor. Lo es porque en esas páginas tuvo completa libertad para ubicar sus universos y, dentro, sus detalles cariñosos, sus pequeños personajes transeúntes, amén de ciertos elementos e ideas que luego desarrollaría en las aventuras de Superlópez y otros personajes.
La hermosura a la que aludíamos se corresponde con su edición, que fue a lo grande. Si grandes eran las páginas donde hizo su debut,
Rumbo Sur, revista gratuita lanzada por una entidad bancaria y que no se pudo comercializar, más grandes aún eran las páginas del libro
Fechas mágicas, donde continuaba sus aventuras, tebeo extraordinario que solamente tuvo una emisión de 1.992 ejemplares en su día.
Quim Zafra nos recuerda las peculiaridades de esta escurridiza serie y la emoción de leer al Jan más libre en el artículo titulado:
Tebeosfera. Trotatebeos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar un comentario, si lo deseas; no ofendas, si puedes. Gracias