Con Superman nacía un nuevo género, un nuevo formato editorial, un nuevo contexto narrativo (el universo paralelo y compartido), una nueva iconografía y una nueva mitología.
Sí, sí, parecen pocas cosas, pero fueron muchas. Por entonces, insospechadas, naturalmente. Los tebeos tuvieron que difundirse y venderse, el personaje tuvo que crecer y adoptar carnadura dramática, su universo tuvo que expandirse, y su mitomanía consolidarse. Eso llegaría con el tiempo.
Y lo sorprendente es que el tiempo no ha hecho mella en este supertipo venido de fuera para enseñarnos moral. Siempre masivo y joven, siempre seguro y recto. ¡Podría ser el personaje más aburrido de toda la historia de la narrativa humana! Pero ahí lo tienen, aún vivo 75 años después, tras miles y miles de aventuras vividas. En España lo hemos disfrutado en unas 150 colecciones de tebeos, de las cuales da fe esta ficha de
Un impresionante trabajo de los tebeditores con un toque maestro de Félix López.
Tebeosfera. Fuera de serie
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