Es grato comprobar cómo algunos grandes autores no pierden el pulso con la edad. Carlos Giménez, por ejemplo, ha ganado nervio y demuestra que la experiencia acumulada suma tantos a sus propuestas creativas.
Giménez, autor bregado en mil peleas (con editores, con personajes, con editores, con guionistas, con editores, con los críticos, con editores, etc.), conserva todavía el impulso rebelde de su juventud y la virtud de proponer ideas nuevas. El cómic español de corte reflexivo comenzó con él. La autobiografía en historieta se volvió sumamente atractiva bajo su firma. La denuncia y la sátira nunca fueron más eficaces que bajo su prisma.
Ahora vuelve al pasado, otra vez, para concebir la historia de los grandes logros y las grandes tristezas de la historieta española. Lo hace a través de la figura de José González, Apolo a la hora de trabajar, Dioniso en su tiempo libre.
Giménez, autor bregado en mil peleas (con editores, con personajes, con editores, con guionistas, con editores, con los críticos, con editores, etc.), conserva todavía el impulso rebelde de su juventud y la virtud de proponer ideas nuevas. El cómic español de corte reflexivo comenzó con él. La autobiografía en historieta se volvió sumamente atractiva bajo su firma. La denuncia y la sátira nunca fueron más eficaces que bajo su prisma.
Ahora vuelve al pasado, otra vez, para concebir la historia de los grandes logros y las grandes tristezas de la historieta española. Lo hace a través de la figura de José González, Apolo a la hora de trabajar, Dioniso en su tiempo libre.
Javier Alcázar ha elaborado una reseña contenida, justa y muy certera sobre esta nueva obra del maestro.
GIMÉNEZ RECUERDA A GONZÁLEZ
Tebeosfera. Profesionales de la reseña.
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