Según Allan Mazur, el modelo de belleza femenino del gusto de los americanos fue cambiando con el tiempo tras la II Guerra Mundial, bajando de peso y aumentando de altura paulatinamente, al mismo tiempo que moldeaba su figura para acentuar caderas y pecho reduciendo la cintura.
Hubo un momento, entre 1965 y 1970, precisamente en esos cinco años, en los que las Miss America tenían el mayor pecho jamás medido con respecto a su cintura, de un tamaño similar a la circunferencia de sus caderas. Fue el glorioso tiempo de las megavixens.
Los cómics reflejaron aquellos tiempos de liberación y desfogue, años en los que los empresarios hicieron rápidamente cuentas para sacar beneficio de tanta abundancia mamaria y tanta epidermis a la vista. La mujer era libre de mostrar sus encantos, en efecto, pero también más poderosa y atractiva en tanto en cuanto más excitaba al hombre. Lo vimos en los cómics underground, donde su desnudez y sexualidad fueron tan agresivamente tratadas como defendidas, mostrada al mismo tiempo que utilizada.
Hubo un autor que brilló con luz propia entonces, Richard Corben, un dibujante de Kansas que tenía cierto don para exagerar carnosamente a sus personajes. Sus hombres musculados de impresionantes penes y sus chicas con ingrávidos pechos hiperdesarrollados constituyeron un enorme atractivo para vender fanzines y luego publicaciones del mainstream, y abrieron una nueva puerta al cómic llamado "adulto" en un tiempo en el que la historieta pugnaba por escapar del gueto del mercado infantil tradicional para instalarse en otro integrado por compradores adultos.
Este reclamo sexual obvio que se hizo con las mujeres de la segunda mitad de los años sesenta y toda la década de los setenta en el cómic, el cine, la ilustración o la publicidad, lo describe a las mil maravillas Óscar García López, un nuevo colaborador de TEBEOSFERA que es filólogo, experto en literatura comparada e investigador de la retórica de la ficción. García demuestra ser además un excelente teórico de la historieta con este artículo:
Tebeosfera. La abundancia de la calidad.
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