Lolita nació en Pueblo como una chica exhuberante y fue evolucionando en ese diario y en otros (como el ABC) hasta convertirse en una mujer explosiva, ejemplar barómetro del hambre de erotismo del macho ibérico común durante los años sesenta y setenta.
Incluso Bruguera, sello que publicó poco relacionado con el erotismo, también se abrió al género en los setenta y lanzó una colección de las tiras del personaje titulada Lola, donde se recogieron obras de ambas décadas. Una colección que muchos tenemos en un glorioso recuerdo.
LOLA, de Bruguera
Tebeosfera. Desempolvando nostalgias.
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