Del grupo de autores que dibujaron bajo el seudónimo de SEM en la década de 1860, y que fueron algunos de los máximos representantes de la utilización del erotismo y la pornografía en la sátira dibujada (como comprobamos ayer en la ficha de Los Borbones en pelota) los dos más recordados no eran dibujantes.O eso pensábamos. Siempre les citamos como excelsos poetas o brillantes pintores del costumbrismo, pero también fueron dibujantes, satíricos concretamente, en un periodo en el que aún quedaban corazones inflamados de Romanticismo y espíritu revolucionario. En parte, esos ideales fueron canalizados hacia la crítica antimonárquica, lo cual entrañaba cierto riesgo, y por eso dibujantes de prestigio como Urrabieta, Ortego, Perea y todos los que firmaban habitualmente en Gil Blas se refugiaron bajo seudónimo para firmar las sátiras más sangrantes dirigidas a la monarquía española. Entre ellos estaba un pintor sevillano, Valeriano Gómez Bastida, inseparable creativamente de su hermano durante mucho tiempo, Gustavo Adolfo.

Eran los Bécquer, y fueron dos de los máximos sátiros españoles de la mitad del XIX, así que les hemos abierto ficha en TEBEOSFERA:
VALERIANO BÉCQUER
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
No está de más terminar recordando el texto escrito hace más de dos años para esta misma revista, de reseña de esta obra, a cargo de Lombilla. Con ello cerramos el círculo sobre esta obra singular para pasar directamente a abordar la sátira con la mujer como protagonista:
LA GLORIOSA SÁTIRA, por LOMBILLA
La imagen superior es un grabado con la efigie de Gustavo Adolfo obra de Valeriano.
Tebeosfera. Arte, poesía y sátira.
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