François Schuiten ha participado como demiurgo gráfico en dos mundos de ficción que guardan entre sí no pocas similitudes. Esos mundos son los protagonistas de dos series de tebeos: Las Terres creuses y Les Cités obscures, que es como se denominan en su país de publicación original.
No nos hemos equivocado, no, tan protagonistas como los personajes principales de cada entrega son los lugares en los que se mueven esos personajes. Y otro de los protagonistas de estos tebeos es el planteamiento gráfico y narrativo de cada obra, que los autores construyen como parte del relato pero también como reflexión sobre el medio historieta.
¿Recuerdan Carapaces? Renard y Schuiten imaginaron un mundo sin límites inferiores, sin "calles bajas entre las viñetas" a fin de cuentas, difuminado. ¿Recuerdan NogegoN? Un tebeo simétrico, donde cada viñeta halla su imagen especular al otro lado del libro en otra viñeta cuyo contenido se plantea como inversión de su viñeta reflejo.
También hay experimentos formales en la otra serie que dibujó Schuiten sobre guiones de Peeters, la de Las ciudades oscuras. El uso del blanco y negro en Urbicanda para definir la atmósfera de la ciudad, el uso del color en La Torre o en El hombre sin sombra, los juegos con el encuadre en La chica inclinada o con la misma forma del tebeo en La teoría del grano de arena. Todo ello sirve a los autores para volver a plantear alegorías sobre la insatisfacción humana o sobre la imposibilidad de madurar un orden social.
Hace más de cuarenta años que estos mundos se introdujeron en nuestras vidas y ya no han salido. Se recomienda conocerlos bien. Para ello hay guías, pero qué mejor que empezar por las fichas de serie que Félix López ha construido en la Tebeosfera:
LAS TIERRAS HUECAS
LAS CIUDADES OSCURAS
Tebeosfera. Sin oquedad ni oscuridad en los datos.
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