Marvel y DC han sido las dos empresas más fuertes y siempre en competencia en los EE UU. Sus iconos superheroicos han sido el eje temático e industrial de sus cómics desde los años treinta y lo seguirán siendo, aunque actualmente el pastel del mercado se lo reparten con otros sellos editoriales.
En su día, como todos los editores, publicaron comic books de horror; también en los años cincuenta, y también "censurables". Durante los sesenta y los primeros setenta continuaron con este género, brindando al lector relatos de suspense, puro terror, y horror nivelado por la Comics Code Authority, que no aportaron novedad al desarrollo del género más allá de logros puntuales de carácter gráfico o narrativo: ese Ditko dueño del gesto, aquel Steranko que jugaba con el tiempo, el eterno Wood con aroma a pulp, Crandall ys us atmósferas opresivas, etc., etc.
Aquellas historietas también se tradujeron en España, sobre todo por Vértice desde los primeros setenta, bien complementando tebeos de superhéroes o bien bajo títulos que amalgamaban en cada número historietas de diversas procedencias.
Todo el mundo recuerda la revista ESPECTROS (VERTICE, 1972) con sus tapas de cartón. ¿Y quién ha olvidado los FANTOM (VERTICE, 1972), el primero cubiertas en rústica y la segunda colección, FANTOM (VERTICE, 1974) con cubiertas flexibles...?
Allí leímos cientos de historias que nos produjeron leves estremecimientos de miedo y placer. Como podría haber hecho la titulada FASMAN (VERTICE, 1974), que se quedó en producto de imprenta, sin distribución apenas, debido a los problemas de registro del título.
Con estos tebeos, que coexitieron con el resto de revistas dedicadas al horror publicadas en nuestro país durante los setenta, damos comienzo a una semana que dedicaremos al tratamiento del género en el ámbito de las empresas dedicadas a los superhéroes principalmente.
Se recuerda, por ello, un texto que puede servir de introducción a los monstruos (o supermonstruos) que generaron los guionistas de los comic books de estas editoriales:
Aquellas historietas también se tradujeron en España, sobre todo por Vértice desde los primeros setenta, bien complementando tebeos de superhéroes o bien bajo títulos que amalgamaban en cada número historietas de diversas procedencias.
Todo el mundo recuerda la revista ESPECTROS (VERTICE, 1972) con sus tapas de cartón. ¿Y quién ha olvidado los FANTOM (VERTICE, 1972), el primero cubiertas en rústica y la segunda colección, FANTOM (VERTICE, 1974) con cubiertas flexibles...?
Allí leímos cientos de historias que nos produjeron leves estremecimientos de miedo y placer. Como podría haber hecho la titulada FASMAN (VERTICE, 1974), que se quedó en producto de imprenta, sin distribución apenas, debido a los problemas de registro del título.
Con estos tebeos, que coexitieron con el resto de revistas dedicadas al horror publicadas en nuestro país durante los setenta, damos comienzo a una semana que dedicaremos al tratamiento del género en el ámbito de las empresas dedicadas a los superhéroes principalmente.
Se recuerda, por ello, un texto que puede servir de introducción a los monstruos (o supermonstruos) que generaron los guionistas de los comic books de estas editoriales:
EL HORROR DE LAS FACTORÍAS DE SUPERHÉROES.
Ah, los que catalogaron estos cómics de miedo de Vértice, con mucho esmero y rigor, como nos tienen acostumbrados, fueron: Ricard Sitjà, fundamentalmente, pero ayudado por Adolfo Gracia, Andrés Álvarez, Antonio Moreno, Manuel Díaz, Paco Olivares, Eduardo Urrutia, y nuestro nuevo colaborador Toni Marín, que fue quien insistió e insistió en que catalogásemos la que hasta hace poco era una especie de "leyenda urbana": Fasman. Gracias, Toni.
Tebeosfera. Tebeos en el vértice del miedo.
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