Los autores que lucharon por una historieta más comprometida en los setenta, por la dignidad profesional y por una transformación de la aceptación del medio en la sociedad española, fueron un puñado de temerarios melenudos que se reunían en conciliábulos y se las prometían felices al amor de los gin-tonic. Entre ellos hubo voces intelectuales, inteligentes, insistentes, intuitivas... como la voz de Marika, autora que además se preocupaba por defender otras cuestiones y otros derechos.
Los autores de este documento, Javier Mora y yo, debemos agradecer a Jorge García su consejo e insistencia, y a la propia Marika su interés y preocupación por servirnos el mejor material gráfico.
Tebeosfera. El conocimiento de nuestra historieta, nuestro deber.
En el recorrido por la obra de Beà hay que detenerse en su obra erótica, tanto para las revisas de la transición (Muchas gracias, Eh!, etc.) como lo que hizo para el sello Iru (La judía verde, El cuervo), que también recopiló algunas de aquellas locas historietas, siempre muy divertidas.
Beà, si en algo es insuperable, es en el humor. Durante su periodo como editor, demostró tanto que que era capaz de hacer revistas satíricas, alocadamente cómicas, o incluso tebeos para niños:
Pese a que lleva todo el día en la portada de 
Cuando en Tebeosfera abordamos la trayectoria de un autor, agotamos todos los cartuchos y no sólo le reseñamos, le entrevistamos o escribimos su biografía con todo detalle, también catalogamos toda su obra publicada en España con el fin de que quede perfectamente localizada en el gran catálogo que ya es Tebeosfera
