Por Antonio Santos
(de su serie La voz en el desierto, entrega 38)
Aunque no están los tiempos para destacarlo, barrenados por el laicismo histérico sobre la serena aconfesionalidad de nuestro Estado, y la materia prima de esta historia proceda de un elemento harto impopular (la religión), la obra que reseñamos explora el aspecto macabro de la reencarnación y la resurrección, mediante la ciencia o la brujería, parábola de corte vegetal que recurre para defender sus tesis al vasto elenco de mitos de las leyendas y supersticiones, de los monstruos inmortalizados en celuloide por
Datos técnicos.-
ALEX HOLLAND y señora, LINDA, reputados cerebritos, están en un tris de solucionar la pandemia del hambre gracias a su fórmula espectacularmente regenerativa. Aunque el suyo sea un encomiable espíritu altruista, el Gobierno americano intuye negocio y cuida sus patentes. Recluye a la pareja en un putrefacto pantano en BAYOU COUNTRY, bajo la tutea del agente especial MATT CABLE, un tío paliza tipo CORONEL TRAUTMAN, el de RAMBO. El experimento Holland concita la codicia de una siniestra organización (EL CÓNCLAVE), que ante la obstinada negativa de los Holland a vendérselo, toma represalias mortales.
De ellas emerge algo más que un monstruo: la atormentada alma de un hombre dentro de un enfangado aspecto, impregnado de los logros de su hallazgo. Su odisea habrá de lanzarlo por medio mundo, penetrando en un plano de horrores góticos, supersticiones vivientes y visitantes espaciales, una constante en la vida de la asombrosa criatura musgosa.
El revolucionario que surgió de la marisma (sin chistes de rocieros, ¿eh?).-
Pero, por encima de los influjos y referentes destacados, esta cautivadora narración captura, entre su légamo, un marcado acento H.P. LOVECRAFT, resultando, en su conjunto, un grandioso homenaje a su obra. Así, en ARCANE, archienemigo de
Porque los mitos clásicos (
(PETER STRAUB y CLIVE BARKER –por citar dos- fueron de lo mismo, fracasando. STEPHEN KING, adicto a
Sobrevolando una etapa triste: el cine y
De su versión en pantalla grande de los 1980 (WES CRAVEN), destacar a la entonces exuberante ADRIENNE BARBEAU, en un CAMEO de Matt Cable o algo parecido, y el cutre traje de hombre rana del protagonista. Sembraría la espeluznante “secuela” y la aún más terrorífica serie de TV de los 90. Un ejemplo: Arcane es un ambicioso ejecutivo histérico con incipientes dotes paranormales, rodeado de sicarios habituales de EL EQUIPO A o EL COCHE FANTÁSTICO. Su cohorte gráfica, esa legión de criaturas pavorosas confeccionadas con retales de la morgue, no aparece ni en pintura. Todo está desaprovechado, limitado, prisionero de un espíritu inmaduro, timorato, cicatero.
Al menos, tiene novia.-
Lo cual, en estos tiempos en que ser heterosexual es harto reprobable y políticamente incorrecto, además atenta contra el espíritu del lenguaje genérico no sexista, no excluyente, no racista, siendo por añadido machista y nefasto. Su parienta es la oveja blanca de los Arcane: ABIGAIL, sobrina de Arcane, tan exótica con esos mechones blancos estilo NOVIA DE FRANKENSTEIN. Alegra el día al humedecido héroe/monstruo, a un paso siempre de las tenebrosas dimensiones oscuras. Pero esto será en la saga de ALAN MOORE (hacía tiempo que no lo mencionábamos) quien, con su instinto a lo TIM BURTON de concebir, originó una nueva parafilia y se explayó a gusto explorando las dimensiones místicas y paranormales (en plan DOCTOR EXTRAÑO) tan de su afecto. Pero sin desmerecer un ápice su labor (LECCIÓN DE ANATOMÍA), debemos reconocer las sólidas raíces profundas sobre las cuales florecía su ingenio. Imprimió su singular giro a la caterva de enemigos de
¡MARVEL se apunta!.-
El bombazo que supuso Swamp Thing obligó a
Recapitulando.-
DARKMAN, de SAM RAIMI, será la siguiente plasmación de la tragedia gótica elaborada por Wein y Wrigthson, del modo que HELLBOY, del singular MIKE MIGNOLA, entre otros más desafortunados, semeja una moderna secuela de la exploración de los mitos terroríficos y leyendas que hace
Este tomo es una obra indispensable para el lector amigo de la calidad. En esta era agotada y sombría de guionistas telegráficos (AZZARELLO), de viñetas amedrentadas por la plaga patológica de lo políticamente correcto (que las puedan interpretar) y sagas argumentales dilatadas hasta la transparencia, abruma la concentración de calidad y talento que alberga la obra reseñada. La editorial ha sabido estar a la altura y lo ha forrado de calidad y dignidad, también por fuera, distinta, a aquella más básica, del extinto y añorado DOSSIER NEGRO, donde nos dieron de conocer a Swamp Thing.
No obstante, objetamos un pero. Este scriptor posee la edición de TOUTAIN de los ochenta, en B/N. Wrigthson es más terrorífico, dimensionado, profundo, pesadilla en papel, en B/N. En este caso, el color es un velo, una tara maligna que diluye el horror que trata de plasmar.
Una vez más, la paleta cromática se la juega a Wrigthson.
Lo mejor.-
Sin desmerecer a Wein, el trabajo de Wrigthson.
La página.-
Entre las muchas, la 15, capítulo 8.
La viñeta.-
La 3, página 3, capítulo 2.
La frase.-
«…para ser nutrido y alimentado como desgraciado embrión dentro de un útero oscuro lleno de lodo…»
Lo peor.-
El añadido del color.
¡El traumático cerril de Matt Cable!
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