domingo, 30 de septiembre de 2007

Emma es encantadora


Emma es “encantadora”
  • Libro de historietas, cartoné, 104 pp., b/n.
  • Ediciones Glénat: Claro de luna, Barcelona, 2006
  • Reseña de Dafne Ruiz


¿Qué pueden tener en común una bruja del siglo XVII y una adolescente de finales del siglo XX? A ambas les toca desenvolverse en un mundo tan misterioso como fascinante y tan contradictorio como aterrador aunque, posiblemente, salpicado con puntuales toques de diversión. Si a esto agregamos el factor de que ambas, la bruja y la chica están perdidamente enamoradas, tenemos además el elemento romántico que entra en escena volviéndolo todo, si cabe, aún más mercurial. Y si para colmo resulta que ambas, la bruja y la chica, resultan ser la misma persona, tenemos a EMMA.

Emma Hakker es una joven bruja que vive en una aldea de Alemania durante el siglo XVII. Su vida transcurre, no diremos que plácidamente, entre su noviazgo con el apuesto Hans (el cual ignora que es una bruja) y la convivencia con su madre Irma y su abuela Helga. Si bien éstas se muestran orgullosas de sus poderes y de la tradición familiar, Emma por el contrario parece algo escéptica ante las pócimas, hechizos y soluciones mágicas que emplea la familia para solucionar los problemas, y por supuesto se aterra ante las iniciativas de su abuela, que suele causar catástrofes cada vez que intenta realizar algún encantamiento (propiciando así el elemento cómico de la historia).

Precisamente es a causa de un error de la abuela que las tres mujeres Hakker realizan un viaje en el tiempo hasta aterrizar en el siglo XX, en el castillo de Wonder (propiedad de uno de sus futuros descendientes, Ronald Hakker). Tras ellas han llegado otros dos personajes, el desconcertado Hans y el temible Krusper, cuyo único deseo es llevar a las brujas a la hoguera. Allí, en el pueblo de Wondertown, situado en la Inglaterra de mil novecientos ochenta y uno, las brujas tendrán que hacer frente a un gran número de desafíos: aprender a sobrevivir en el nuevo medio, ganarse la confianza de sus vecinos, lidiar con nuevos enemigos y, sobre todo, capear los ataques de Hellman, un brujo rival que pretende destruir a las Hakker. Para Emma, claro, las complicaciones se multiplican si se tiene en cuenta que, aparte de todo eso, tiene que conciliar sus poderes de bruja con su vida como una adolescente normal y encima luchar por su amor con Hans, el cual tiene evidentes problemas para adaptarse, de golpe y porrazo, a tantas novedades.

Puesto que la llegada de las brujas al pueblo ha activado todos los poderes paranormales de la zona, la historia está repleta de secuencias divertidas protagonizadas por equívocos mágicos, objetos que vuelan por el aire y actuaciones de personajes cómicos muy bien instalados como el fantasma de Ronald Hakker o el alcalde del pueblo con su grupo de turistas a la zaga, siempre deseosos de atrapar con sus cámaras algún suceso extraordinario. Sin embargo, bajo esta aparente ligereza causada por los toques cómicos que hacen que la historia se lea sin interrupción, se oculta una trama más seria en la que se reflexiona sobre temas candentes como el fanatismo destructivo (Krusper y las gentes de la aldea alemana), el ansia de hacer negocio a costa de lo que sea (el alcalde), la violencia producida por el temor fruto de la ignorancia (a destacar la actitud de la población de Wondertown ante la llegada de las brujas, tan pronto aduladora como hostil pero siempre deseosa de obtener algún beneficio) o, lo que empezaba a despuntar como un interés generalizado entre la juventud de la época en que la serie fue concebida, los poderes paranormales (en la serie abundan las referencias a las buenas o malas vibraciones, la energía mental, la concentración y el uso de amuletos, que se suman a los arquetípicos encantamientos y fórmulas mágicas a la hora de hacer brujería).

Hoy en día estamos bastante acostumbrados, por no decir saturados, a este tratamiento modernizante y ligero de un tema que por décadas tuvo sus propios patrones más bien dramáticos: las historias de hechiceros. No hay más que pensar en las series de Sabrina y Embrujadas, por poner sólo dos ejemplos. Sin embargo, hay que recalcar que, en su momento, esta idea fue bastante novedosa; no la de presentar a una bruja contemporánea (esto ya se había hecho en la serie Embrujada, en los años sesenta), sino la de mostrar el aspecto negativo, los problemas prácticos y psicológicos que esta doble identidad, la de bruja y la de chica, acarrea a la protagonista: la misma Emma se rebela continuamente, manifestando que no ha pedido esos poderes que sólo le traen complicaciones y que desearía librarse de ellos para poder integrarse entre sus compañeros y ser normal. Por supuesto, este tema recurrente de la normalidad y la aceptación dentro del grupo es clave para las lectoras que en ese momento atraviesan la adolescencia, etapa de conflictos en la que todo el mundo se considera ligeramente anormal o patito feo por una u otra causa. De todas formas, Emma, como adolescente que es, se debate entre estados de ánimo contradictorios que la dividen, y tan pronto deplora su condición como hace uso de ella para solucionar sus problemas, por ejemplo haciendo volar una motocicleta o cambiando de tamaño a placer.

Trini Tinturé dice: Se me ocurrió que fuera una bruja moderna para darle algo distinto al tema. Los guionistas se encargaron de desarrollar la idea (1983). En efecto, concebida la idea original por la dibujante e ilustradora Trini Tinturé a principios de los ochenta, los guiones serán desarrollados por el prolífico Andreu Martin (y no Francisco Pérez Navarro, como se mantiene en alguna página web), que escribe historias de géneros muy distintos. Más dedicado a la serie negra, sin duda es éste el motivo de que en Emma, al contrario que en otras series parecidas como Esther o Gina, se dedique mucho más espacio al drama, la intriga, la persecución o la lucha con armas. En Emma, el ritmo de la acción es frenético ya desde las primeras planchas, sin pausas ni tiempos muertos; una característica que no corresponde precisamente a los patrones del género para niñas o el sentimental, que requieren un ritmo más pausado y un cierto aire lírico, contemplativo.

Con el libro Emma es encantadora se da inicio a una nueva colección de Editorial Glénat, Claro de Luna, que promete recoger algunos clásicos del cómic femenino español. En este volumen se reproducen, en blanco y negro, los tres primeros capítulos de la saga (que quedaría interrumpida por el cierre de la Editorial Bruguera). Son historias concebidas para ser publicadas por entregas cortas en la revista Lily, por lo que veremos, al igual que ocurría en Esther y su mundo, grandes dibujos de Emma encabezando muchas planchas y ofreciéndonos resúmenes de lo que ha ocurrido previamente. Es de destacar, por cierto, el muy parecido grafismo entre las dos autoras, Tinturé y Purita Campos (Esther, Gina), tanto es así que en algunos casos la autoría de sus respectivas obras ha sido confundida. También existe un gran paralelismo entre sus trayectorias: el trabajo para Bruguera y para revistas extranjeras con guiones de encargo, su faceta de hábiles portadistas e ilustradoras e incluso la época y las condiciones en las que su obra fue realizada.

Para apreciar mucho mejor la totalidad de la obra de Tinturé, así como para obtener datos biográficos, recomendamos la visita a su página web, cuyo enlace ofrecemos al final de la reseña. Antonio Martín ofrece, asimismo, una muy completa introducción titulada Trini es encantadora, que abre el álbum.

A continuación, reproducimos el texto de la cubierta:

«Emma, la protagonista de esta historia, una muchacha descendiente de una larga estirpe de magos, verá cómo su vida cambia radicalmente, dividida entre el mundo moderno y los viejos amores que quedaron en el pasado... En todo caso Emma tiene sobrados recursos para encontrar la felicidad en esta nueva vida. Y es que ¡Emma es encantadora!»

«Andreu Martin (Barcelona, 1949) se estrenó como guionista en los tebeos de Editorial Bruguera, donde se forjó como escritor todoterreno. Más conocido por su faceta de escritor de serie negra de fama internacional, en el mundo del cómic ha trabajado en revistas como El Jueves, Cimoc, Comix Internacional, Zona 84, Rumbo Sur, Tótem, El Víbora, etc. De esa época surgió la adaptación al cómic de El Sueño Eterno (editada en libro por Glénat, 2005) y esta serie, Emma es encantadora, inicialmente publicada en el tebeo Lily

«Trinidad Tinturé (Lleida, 1938). Como otros muchos dibujantes de historietas españoles, Trini comenzó a publicar muy joven, en los tebeos “para niñas” de los primeros años 60, herederos del extraordinario boom del género sentimental que se había producido en las dos décadas anteriores. Esta edición en libro de Emma es encantadora, que recoge el total de sus aventuras dibujadas por la autora, ofrece a los lectores la posibilidad de acercarse a la obra de una de las mejores autoras de su generación.»

Sitios consultados:

La imagen de la portada del libro fue extraída del catálogo web de Glénat. El resto de las imágenes fueron extraídas de la página web de T. Tinturé.

Reseña por Dafne Ruiz

1 comentario:

  1. Anónimo1:37 p. m.

    me encanta!!!
    lei sus comics de pequeña y aún espero que vuelva a reeditarlos.

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