lunes, 1 de mayo de 2006

Salón de Tenerife


Entre los días 7 y 26 de abril se ha celebrado en la capital tinerfeña la décimo cuarta edición de su salón internacional del cómic, iniciativa decana –y única- en el ámbito del archipiélago atlántico. Una vez más, Patricio G. Ducha y el equipo de Cocainc Estudios se han encargado de organizar un evento que pertenece a la oferta que el Organismo Autónomo de Cultura del consistorio chicharrero ofrece cada año.

Lo primero que hay que destacar es que por tercera vez consecutiva, el evento ha cambiado de fechas, por motivos vinculados a la programación cultural diseñada por un consistorio que todavía sigue considerando al tebeo como un género menor, dentro del conjunto de actividades a ofertar, pese a que el salón sea desde hace varios años una de las que cuentan con mayor éxito en lo que a afluencia de visitantes se refiere. En esta ocasión, han sido más de cuatro mil personas las que se han acercado al Centro de Arte la Recova, para disfrutar de las exposiciones, charlas, mesas redondas y demás. Una cifra que debe ponerse en relación con el número de habitantes con los que cuenta Santa Cruz y las dificultades de transporte derivadas de la condición insular de Canarias.

El hecho de situar el evento durante el mes de abril ha permitido recuperar la línea de actividades pensada para los colegios, en un intento por potenciar entre las nuevas generaciones una afición que, hoy por hoy, compite con muchas otras en el ámbito del entretenimiento. Que la inauguración tuviera lugar justo al principio de las vacaciones de semana santa, ha servido igualmente para permitir que personas que normalmente no acudían al salón, aprovecharan un rato de su ocio para acercarse a La Recova. Desgraciadamente, y como viene siendo habitual, la campaña publicitaria previa al 3 de abril fue prácticamente nula. Sólo una extensa –pero tardía- reseña, principalmente realizada en la prensa escrita un par de días antes, constituye la excepción a una regla que implica que, una vez más, se ha perdido la valiosa oportunidad de captar a visitantes de otras islas y, ya puestos a soñar, de otras partes del país. Tres cuartos de lo mismo con unos carteles y programas de actividades que sólo se encontraron a partir del día 21 en el centro de arte, cuando lo lógico hubiera sido su distribución puertas afuera.

Una de las novedades principales de este año ha sido la celebración de un concurso de cosplay, que, pese a la premura con la que se organizó, supuso uno de los puntos fuertes del salón. Realizado el sábado 22, el día más fuerte de actividades, atrajo a multitud de curiosos y hasta a tres participantes –tres más de los esperados, en palabras de la coordinadora del asunto, Elena Santos- que, enfundados en unos disfraces bastante conseguidos, rompieron el hielo de un concurso que de seguro tendrá a más personas compitiendo por el premio, pero difícilmente mejores que los de este año, en lo que a simpatía se refiere, y eso sin contar que fabricar un traje para un evento de estas características en apenas cuarenta y ocho horas tiene su mérito.

Especialmente accidentada ha sido en esta ocasión la configuración del listado de autores invitados. El adelanto en una semana del calendario de actividades determinó la coincidencia con las celebraciones del día del libro, lo que produjo que algunos de los nombres iniciales (Pasqual Ferry, Purita Campos) se descolgaran. En su lugar, tomó el relevo una nutrida representación de autores isleños, que denotan un futuro esperanzador para el tebeo en Canarias. De Gran Canaria vinieron Javier Pulido, Alberto Hernández, Anu Jato y Aitor Guezuraga. Pulido pudo estar por fin, después de muchos intentos fallidos motivados por problemas de fechas, para hablar de sus trabajos en Marvel y DC, así como de curiosidades vinculadas a su paso por una franquicia tan popular y prolífica como la de Star Trek. Por su parte, Hernández, que en la edición de 1999 se definía como un apasionado del cómic que aspiraba a vivir de ello pese a las dificultades y que ahora es, según sus propias palabras, un señor calvo, ve recompensada su persistencia con múltiples proyectos para España, Escandinavia o Estados Unidos que, es de esperar, vean la luz en un futuro más o menos próximo. Mientras, Jato, que repetía visita, ya que el año anterior había participado en diversas mesas redondas, se encargó de realizar el cartel anunciador del salón. De La Palma llegaron Anatael P.H., Joel Pérez y Daniel Castilla que, bajo la batuta del editor Miguel Ángel Pérez Calero, se han embarcado en la tarea de publicar sus obras Tarugo y Awara bajo el sello Ediciones Alternativas. En representación de los autores tinerfeños estuvieron Ángel Marrero, Edu González y Juanan Rodríguez. El primero, que en este año ha pasado a encargarse del dibujo de la tira de prensa Dirección General (publicada en el diario local La Opinión de Tenerife, con guión de Patricio G. Ducha) ha presentado un anticipo de su relato ilustrado La extraordinaria narración de Peter Péndulum, donde hace un curioso ejercicio de mezcla y parodia de las crónicas viajeras décimonónicas y los cuentos de H. P. Lovecraft. El segundo presentó en sociedad Becarios ¡Ese título es mío! un recopilatorio de las tiras homónimas que durante media década ha realizado para 2*C, el suplemento cultural de La Opinión de Tenerife.

Completando el elenco de autores invitados estaban Kenny Ruiz, Jorge García y Lluisot. En el primer caso, el autor de Barcelona y El cazador de rayos habló de sus últimos trabajos y de sus próximos proyectos, al tiempo que tuvo ocasión de tratar el permanente asunto del estado del tebeo en España en las diversas mesas redondas en las que participó. En los otros dos, se da la paradójica circunstancia de que ambos están residiendo actualmente en Tenerife. García, guionista de la premiada obra Cuerda de presas (Astiberri), disertó acerca de los pormenores de la realización de la misma, y sobre lo que implicaba arrojar luz sobre un punto particularmente oscuro y tenebroso de la historia reciente de España como era el destino de las mujeres encarceladas por los vencedores de 1939. Lluisot rememoró su labor en El Jueves haciendo Carne de psiquiatra, reflexionando sobre la circunstancia de que su antigua revista sea la única superviviente en los quioscos en lo que a publicaciones no-rosa se refiere.

Como todos los años, repitieron presencia apartados como el popular “echadero de los tebeos”, la tebeoteca o la sección de dibujo. Especial mención merecen nuevamente las exposiciones comisariadas por Eduardo Serradilla Sanchís, centradas en esta ocasión en Todd McFarlane, Danger Girl, Astroboy o las películas V de Vendetta y Superman Returns. A éstas hay que sumar una dedicada a productos derivados de los tebeos de Marvel (figuras de acción, estatuillas, bustos, etcétera) y otra centrada en la delirante visión que algunos autores han dado en sus obras de España y sus gentes.

El décimo cuarto salón de Santa Cruz ha cerrado ya sus puertas. La próxima edición será la décimo quinta y cuando se alcanzan estas cifras, ya se sabe que hay que intentar celebrarlo por todo lo alto. Nos veremos el año que viene. ¿Dentro de un año? ¡Quién sabe! Los designios de las administraciones públicas son inescrutables.

Crónica por Luis Javier Capote Pérez.
Fotografía: Imagen de una de las charlas del festival, remitida por el cronista

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