Paco Agramunt -colaborador de Tebeosfera- publica La vanguardia artística valenciana de los años treinta. Arte y compromiso político en la II República.
La Generalitat Valenciana acaba de publicar un estudio del critico de arte, investigador y académico Francisco Agramunt en el que se reivindica el carácter vanguardista del arte valenciano de los años treinta, al tiempo que considera este foco como el más activo, progresista y comprometido de la España republicana que acabó trágicamente con la represión, el exilio y la muerte de sus integrantes al termino de la guerra civil. En su libro La vanguardia artística valenciana de los años treinta. Arte y compromiso político en la II República, que obtuvo el Premio de Ensayo de la Generalitat Valenciana, el Agramunt plantea que en la década de los años treinta la ciudad de Valencia alcanzó un extraordinario desarrollo artístico que la situó en un lugar preponderante en el contexto de las artes plásticas españolas. A su juicio, durante la II República, el arte valenciano aportó una obra muy significativa que la posicionó en la línea más renovadora del panorama nacional.
El catedrático de Historia del Arte de la Universidad Politécnica de Valencia , Juan Angel Blasco Carrascosa, escribe en la introducción que Francisco Agramunt traza un panorama del arte valenciano (o, mejor, de la cultura artística) de los años treinta, con el indisimulado propósito de introducirnos en esa ilusionada época que él revive.Blasco indica que este ambicioso trabajo de investigación de Agramunt tiene entre otras muchas- la virtud de hacer posible la toma de conciencia histórica, tras anclarnos en el entramado socio-cultural de un periodo; de hacernos partícipes intelectualmente- de su decurso histórico. Y ello se debe, sin duda, a que previamente- él ha conectado con el latir y el vivir de quienes forjaron esta vibrante página de nuestra historia. Cierto es que no se puede hacer historia si el historiador no llega a establecer algún contacto con la mente de aquellos sobre los que escribe, ya que la historia es en gran medida la reproducción, en la mente del historiador, del pensamiento cuya historia estudia, asegura el doctor Blasco Carrascosa, uno de los más importantes expertos en arte valenciano del siglo XX.
Por su parte, el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia, Pablo Pérez García, señala en su preámbulo que Agramunt ha llegado de tal forma a impregnarse de la atmósfera ideológica y estética de la Valencia de los años 30, que, en ocasiones, dejándose llevar por el fragor del episodio narrado, consigue arrastrar a sus lectores hacia la insólita y estimulante experiencia de un texto cuyo registro y construcción evoca, como si hubiera sido escrito entonces, las apasionadas metáforas de aquellos años. Según Pablo Pérez con una maestría difícil de igualar, Agramunt ha sabido construir una obra que, como el Gernika de Picasso, constituye el testimonio inmediato de un tiempo convulso y de una tragedia anunciada que, de lejos, presenta toda la aparente crudeza contrastiva del blanco y negro, pero que, contemplada en la cercanía, nos brinda una paleta entera de primorosas pinceladas de tornasol, turquesa, añil y jengibre, apostilla Pablo Pérez.
El libro, profusamente ilustrado y con cerca de 600 páginas, está dividido en una veintena de capítulos que describen el ambiente cultural, artístico y sociológico de la Valencia republicana para terminar adentrándose en lo que fue esta ciudad durante la guerra, cuando fue Capital de la República. Se cuenta la inquieta vida estudiantil y bohemia en la Escuela de San Carlos y las primeras manifestaciones de protesta de la FUE; desvela el contenido de los encendidos manifiestos artísticos de Josep Renau, Lacomba y Max Aub, y hace un recorrido por la Sala Blava y otras entidades como la Unión de Escritores y Artistas Proletarios. También ofrece información de revistas como Murta, Proa, Hora de España y Nueva Cultura y de organismos antifascistas como la Aliança d, Intel-lectuals per a la Defença de la Cultura, el Encuentro Internacional de Escritores Antifascistas, Altavoz del Frente o el Ballenato. Se descubre finalmente el protagonismo de los artistas republicanos valencianos en la organización del Pabellón de la República en la Exposición de París de 1937 y en el salvamento de las obras maestras del Museo del Prado en las torres de Serranos y en el Colegio del Patriarca cuando Valencia se convirtió en Capital de la República.
Paco Agramunt es doctor en Ciencias de la información por la Universidad Complutense de Madrid y en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia. Académico de Bellas Artes de San Carlos y miembro de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte. Responsable del área de Cultura en la Delegación de la Agencia EFE en Valencia.Autor de una treintena de monografías, libros y ensayos sobre arte, entre ellos, el Diccionario de Artistas Valencianos del siglo XX y Arte y Represión en la Guerra Civil Española. Cuenta con innumerables galardones literarios y periodísticos nacionales e internacionales, entre ellos, el Premio de Ensayo del Círculo de Poetas y Escritores Iberoamericanos de Nueva York, el Premio Internacional de Ensayo Sigma, Delta, Pi de la Universidad de Maine (EEUU), el Premio Excelsior de Periodismo (México), el Premio Valencia de Periodismo y el Premio Nacional de Literatura Juvenil.
El libro obtuvo el pasado 23 de noviembre de 2005 el Premio de Ensayo de la Generalitat Valenciana, otorgado por un jurado compuesto por el director general del Libro, Vicente Navarro de Luján; Rafael Coloma Ruiz, jefe del área de Coordinación del Libro, Rosa Ballester, Jorge Cardona, Emili Casanova, Miguel Ors y Agustín Domingo.
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