miércoles, 3 de mayo de 2006

Humo, 2, de Astiberri


Humo, 2. Más brasas.

Sé que llego tarde, porque cuando hablo de este núm. 2 de la revista de historietas Humo -de febrero de 2006- estará a punto de salir el 3, con nuevas propuestas barajadas por Juanjo el Rápido. Pero considero que es buen momento para volver sobre esta revista, cuyo número primero reseñamos en este mismo blog.

Humo 2 nos llama desde su impactante cubierta, de Miguel Ángel Martín y nos brinda más historietas de los mismos autores que conformaron la primera entrega: Berrio, Valenzuela, Benavides, Lorente, Jali, Roca, Martín, Alzate, Gómez y el propio director, Juanjo. Este puñado de autores, que han partido de puntos de salida divergentes, convergen ahora aquí para atisbar una posible nueva generación de historietistas españoles que, arraigados en una industria fantasma y en discurso muchas veces hueco, pretenden al menos impostar una nueva manera de hacer historietas y venderlas.

Por el momento, y según dicen (en créditos), el núm. 1 se vendió bien. Y este núm. 2 se nos antoja mejor, sobre todo gráficamente y en lo relativo al diseño. En lo narrativo yo sigo opinando que Berrio hace humo, unas propuestas tan livianas que no acaban de convencer. Benavides nos brinda más planteamientos inquietantes resueltos con exquisitez, pero también algo hueros. Pelín vacíos siguen siendo las obras de Juanjo y Lorente, que no obstante hacen propuestas inteligentes, que secundan la inquietud. Como Jali, obstinado por emular a Gorey pero que consigue una atmósfera personal.

Valenzuela, por el contrario, es ese autor llamado a hacer grandes obras, y aunque aturulla, siempre lo borda con cada propuesta. De los que van cerrando la revista, Paco Roca es el más destacado. Autor de línea dúctil, plantea situaciones bien escritas y reververantes, elocuentes en sus silencios. Así mismo, Miguel Ángel Martín transgrede siempre, pese a los poco supurante y sexopático de esta serie, "Semillas de confusión". Alzate es, plásticamente, la más atractiva de toda la publicación y Lorenzo Gómez, que es quien cierra, es el más divertido con su serie sobre el sexo (todo un acierto abandonar el almíbar por lo salaz, Gómez ha dado con una vertiente más fértil para su historieta).

La guinda la pone la parte escrita, tanto las reseñas, muy bien encajadas y redactadas (sobre todo las de García Sánchez) como la sección teórica de Pepo Pérez, "Peligro de incendio", por lo que tiene de comprometida en tanto que él también es autor de historietas y reflexiona con aparente ímpetu incendiario sobre asuntos que habitualmente no se abordan en la crítica de tebeos españolas (si es que existe tal 'crítica' y no la 'divagación' o, ya directamente, el 'eco bloguero' o el 'onanismo' o la 'felación', que también). Pepo, sigue así, pero da nombres.

El balance de Humo está siendo positivo, y tras las brumas primeras, gozamos de una publicación hecha con gusto y a gusto de la mayoría. Lástima que sea trimestral porque a poco que se mantenga en el mercado, tendrá que ser reconocida como la mejor revista de historietas patria, a falta de otra.

Yo, al menos, la voté para lo del Saló del Còmic de Barcelona.

Y, junto con Dolmen, salió escogida.

Sic.

HUMO # 2, de varios autores
Astiberri : HUMO, Bilbao, 2006
Revista de comics, de 21 x 21 cm., encuadernada en cartoné, con lomo, 48 páginas, b/n, 6 euros.

Reseña de Manuel Barrero. Tebeosfera recibió servicio de prensa de Astiberri.

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