Navegando la maraña de la tristeza
Tiene gracia que este libro termine con la recomendación de otros títulos publicados en la misma coleccion de Astiberri (Sillón orejero) a los que cataloga como "otros libros de autoayuda de Astiberri", contándose entre ellos las obras máestras Espera..., de Jason, Madre, vuelve a casa, de Hornschemeier o la magnífica El circo del desaliento, de Rubín. Resulta cómico por la ironía: Psiconautas, la obra del gallego Alberto Vázquez, es lo más parecido que puede encontrarse hoy a un libro de "antiautoayuda"
Ha sido muy lúcida la breve reseña que el jueves apareció en el suplemento juvenil y de tendencias EP3 de El País, firmada por Andres S. Braun, en la que sentenciaba: "Una historia sobre las barreras que encuentran aquellos que se salen del discurso de la normalidad. Ternura y crueldad a partes iguales, a lo Tim Burton pero con guantes de Boxeo." Bastante certera, la textura de este tebeo parece onírica y la estética de sus personajes es similar al tono general del festival de Halloween cruelmente ironizado por Burton es similar. Mas, Psiconautas es antes un universo de la psique en vigilia que de los sueños; y su estética podría acercarse más a la de Edward Gorey, con toda su carga escalofriante pero desprovisto de su alegría.
Los psiconautas del título también podrían ser los psicopájaros malévolos que sobrevuelan este mundo de ondulaciones y tedio, y que se posan como jueces malsanos en las ramas de los bosques inquebrantables del universo de Vázquez, que parece una suerte de infierno del imaginado por Beatrix Potter.
Pero no necesariamente son ellos los psiconautas, como tampoco la obra se queda en mero homenaje a la inversa de ciertos universos fabulísticos infantiles. Algunos de los protagonistas de este tebeo son los verdaderos viajeros de la mente, pues viven de sensaciones pasadas o de emociones aisladas para evitar el triste espanto del resto de su vida. Esta es la constante de este libro de historietas de protagonista coral: la tristeza, a la par que el relato sirve como meditación sobre el abandono y el desprecio.
La elección de escenarios es perfecta para un antimundo fabulístico: los bosques son raquíticos (aunque impenetrables), los mares, procelosos (aunque aparentemente calmas sus aguas) y, los habitantes, encantadores pero terroríficos. Hay mascotas repugnantes, pájaros y pariposas despreciables, niños agregados en pandillas criminales. Hasta los papeles protagónicos son rechazables. Por ejemplo, Birdboy, el niño cadavérico, juega a la autodestrucción constantemente. Y el trío de amigos que pretende huir no paran de fumar cigarritos de la risa.
Alberto Vázquez ha creado el anticuento para recrearse en la desazón producto de la inadaptación. No da tanto miedo como Carrol ni como los genuinos Grimm pero inquieta.
Como obra de cómic, Psiconautas se enmarca en esa suerte de corriente quieta, de historieta detenida e íntima, que tanto prolifra en la producción española reciente. Sus autores están poco cualificados para moverse entre géneros por sus evidentes limitaciones gráficas (a Vázquez no le pongas a dibujar vaqueros o aventureros espaciales) y abordan el discurso intimista desde una perspectiva generalmente personal, lo cual parece (extrañamente) gustar. Nada que objetar a eso. Todo es cuestión de opiniones. Mas, pese al buen tono gráfico que Vázquez logra en esta obra, se halla muy, muy lejos de las excelencia de aquella revisión del exilio en De Ponent, Freda, en gran parte por su temática y mensaje.
Hay hermosas páginas en este libro, las paralelas de las presuntas muertes, por ejemplo, el repudio del reloj despertador, algunos flashbacks. Y da cierto gustirrinín disfrutar de las quitudes minimales, ese puñado de ondas de agua que hacen viñeta. Pero también resulta un tanto árido en ciertos momentos, sin duda debido a la rigidez de su estructura y al ritmo desapacible. Quizá una reducción de número de páginas hubiera redondeado esta obra que parece marcar el camino de Vázquez hacia un trabajo bastante personal y con muy pocos émulos en nuestro país.
Desde luego, se arriesga. Y eso, ya sólo eso, es digno de elogio.
Libro recomendable y cuya edición está cuidada hasta los bordes.
Los psiconautas del título también podrían ser los psicopájaros malévolos que sobrevuelan este mundo de ondulaciones y tedio, y que se posan como jueces malsanos en las ramas de los bosques inquebrantables del universo de Vázquez, que parece una suerte de infierno del imaginado por Beatrix Potter.
Pero no necesariamente son ellos los psiconautas, como tampoco la obra se queda en mero homenaje a la inversa de ciertos universos fabulísticos infantiles. Algunos de los protagonistas de este tebeo son los verdaderos viajeros de la mente, pues viven de sensaciones pasadas o de emociones aisladas para evitar el triste espanto del resto de su vida. Esta es la constante de este libro de historietas de protagonista coral: la tristeza, a la par que el relato sirve como meditación sobre el abandono y el desprecio.
La elección de escenarios es perfecta para un antimundo fabulístico: los bosques son raquíticos (aunque impenetrables), los mares, procelosos (aunque aparentemente calmas sus aguas) y, los habitantes, encantadores pero terroríficos. Hay mascotas repugnantes, pájaros y pariposas despreciables, niños agregados en pandillas criminales. Hasta los papeles protagónicos son rechazables. Por ejemplo, Birdboy, el niño cadavérico, juega a la autodestrucción constantemente. Y el trío de amigos que pretende huir no paran de fumar cigarritos de la risa.
Alberto Vázquez ha creado el anticuento para recrearse en la desazón producto de la inadaptación. No da tanto miedo como Carrol ni como los genuinos Grimm pero inquieta.
Como obra de cómic, Psiconautas se enmarca en esa suerte de corriente quieta, de historieta detenida e íntima, que tanto prolifra en la producción española reciente. Sus autores están poco cualificados para moverse entre géneros por sus evidentes limitaciones gráficas (a Vázquez no le pongas a dibujar vaqueros o aventureros espaciales) y abordan el discurso intimista desde una perspectiva generalmente personal, lo cual parece (extrañamente) gustar. Nada que objetar a eso. Todo es cuestión de opiniones. Mas, pese al buen tono gráfico que Vázquez logra en esta obra, se halla muy, muy lejos de las excelencia de aquella revisión del exilio en De Ponent, Freda, en gran parte por su temática y mensaje.
Hay hermosas páginas en este libro, las paralelas de las presuntas muertes, por ejemplo, el repudio del reloj despertador, algunos flashbacks. Y da cierto gustirrinín disfrutar de las quitudes minimales, ese puñado de ondas de agua que hacen viñeta. Pero también resulta un tanto árido en ciertos momentos, sin duda debido a la rigidez de su estructura y al ritmo desapacible. Quizá una reducción de número de páginas hubiera redondeado esta obra que parece marcar el camino de Vázquez hacia un trabajo bastante personal y con muy pocos émulos en nuestro país.
Desde luego, se arriesga. Y eso, ya sólo eso, es digno de elogio.
Libro recomendable y cuya edición está cuidada hasta los bordes.
Psiconautas, de Alberto Vázquez.
Libro de historietas en rústica. 104 páginas en b/n, 12 euros
Texto promocional editorial:
"Psiconautas es una intensa historia definida por su notable carga poética y social. Entre toda una galería de seres antropomórficos, donde caben también relojes que cobran vida y patos hinchables parlantes, destacan dos jóvenes insatisfechos, Dinky y Birdboy, ratita y chico pájaro, que ansían, cada uno a su manera, huir de un entorno asfixiante, escapar de una vidas opacas con un alto grado de alienación. La falta de expectativas laborales, el control familiar y social a quienes son percibidos como distintos a la norma general, la querencia por sustancias adictivas o un penoso medio ambiente es el ámbito por el que se mueven los protagonistas de esta historia en la que no falta la ternura, la amistad, el amor y la esperanza por hallar, en otro lugar, un mejor porvenir.
Alberto Vázquez (A Coruña, 1980), uno de los autores más destacados de la última generación de dibujantes y guionistas gallegos, se sirve de su personal trazo y solvente capacidad narrativa para realizar Psiconautas, su primera obra larga en solitario con la que demuestra profundidad vital y alcance onírico a partes iguales. Tras pasar por las facultades de Bellas Artes de Pontevedra y Valencia, Alberto Vázquez se fue a culminar sus estudios a la escuela de ilustración Massana, de Barcelona. Comenzó a implicarse con pasión en el mundo del cómic con la llegada del nuevo milenio. Desde entonces ha participado en múltiples propuestas creativas que le han llevado ser miembro fundador del colectivo Polaquia y del celebrado Fanzine enfermo. Residente en la actualidad en la ciudad condal, Alberto Vázquez, entre una larga de premios recibidos a lo largo de los últimos años en los más diversos certámenes de la península, ha sido nominado como Mejor autor novel en el Salón Internacional de Cómic de Barcelona."
Libro de historietas en rústica. 104 páginas en b/n, 12 euros
Texto promocional editorial:
"Psiconautas es una intensa historia definida por su notable carga poética y social. Entre toda una galería de seres antropomórficos, donde caben también relojes que cobran vida y patos hinchables parlantes, destacan dos jóvenes insatisfechos, Dinky y Birdboy, ratita y chico pájaro, que ansían, cada uno a su manera, huir de un entorno asfixiante, escapar de una vidas opacas con un alto grado de alienación. La falta de expectativas laborales, el control familiar y social a quienes son percibidos como distintos a la norma general, la querencia por sustancias adictivas o un penoso medio ambiente es el ámbito por el que se mueven los protagonistas de esta historia en la que no falta la ternura, la amistad, el amor y la esperanza por hallar, en otro lugar, un mejor porvenir.
Alberto Vázquez (A Coruña, 1980), uno de los autores más destacados de la última generación de dibujantes y guionistas gallegos, se sirve de su personal trazo y solvente capacidad narrativa para realizar Psiconautas, su primera obra larga en solitario con la que demuestra profundidad vital y alcance onírico a partes iguales. Tras pasar por las facultades de Bellas Artes de Pontevedra y Valencia, Alberto Vázquez se fue a culminar sus estudios a la escuela de ilustración Massana, de Barcelona. Comenzó a implicarse con pasión en el mundo del cómic con la llegada del nuevo milenio. Desde entonces ha participado en múltiples propuestas creativas que le han llevado ser miembro fundador del colectivo Polaquia y del celebrado Fanzine enfermo. Residente en la actualidad en la ciudad condal, Alberto Vázquez, entre una larga de premios recibidos a lo largo de los últimos años en los más diversos certámenes de la península, ha sido nominado como Mejor autor novel en el Salón Internacional de Cómic de Barcelona."
VINCULOS.-
Web de Alberto Vázquez
Cubierta y páginas interiores del libro
Comentario en La Cárcel de Papel
Reseña de Manuel Barrero. Tebeosfera recibió servicio de prensa de Astiberri.
Web de Alberto Vázquez
Cubierta y páginas interiores del libro
Comentario en La Cárcel de Papel
Reseña de Manuel Barrero. Tebeosfera recibió servicio de prensa de Astiberri.
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