PUTA Y CON HIJOS
Clara es un ejemplo perfecto de personaje redondo de historieta, o de humor gráfico, que en las dos páginas de relato está el límite entre ambos medios para algunos (o, si me apuran, de cualquier otro medio que haga uso del relato corto). Clara es atractiva, versátil, navegable, divertida, desinhibida y libre de prejuicios. Su gran atractivo reside en que apetece a casi todo lector, incluso al ocasional. Es versátil por su mutabilidad de escenarios (en este libro se recoge una historieta en la que se desplaza hasta el Tíbet). Su manejabilidad estriba en que da mucho juego a sus creadores. Lo demás viene dado por su carácter y buen humor.
Trillo sigue siendo un guionista extraordinario pese a su multiplicación de faenas (en EE UU están alucinando desde que hace pocos meses IDW comenzara a publicar su obra con Eduardo Risso Chicanos), un escritor capaz de convertir el chiste simplón que te llega por e-mail en un guión sólido; la anécdota en historia. En estas entregas de Clara deja ver sus cualidades para la chispa inteligente de nuevo, y para convertir el chascarrillo en fábula. Lo que podría resultar más criticable de esta obra, si distanciamos un poco del marco genérico de la comedia humana del absurdo a la que pertenece, es la figura del niño, hijo de la protagonista, que a veces da juego para desarrollar algunas ideas atractivas pero que en otros casos puede llegar a plantear cuestiones de índole moral (en este libro, concretamente, han editado muy juntas dos historietas sobre el padre del muchacho, dejando en situación incómoda a ambos personajes: madre e hijo). Este problema, el de la correcta, según el sistema, evolución de la personalidad del niño en función del oficio de su madre soltera, tampoco salpica demasiado a sus creadores, al menos en un país como España donde estos prejuicios sociales se vienen superando. No así la consideración de profesionales legalmente admitidas y adecuadamente consideradas a los efectos fiscales y sobre todo sanitarios del gremio de las prostitutas, que todavía hemos visto desfilando en manifestación por algunas capitales este año. Parece mentira que el oficio más antiguo, y para muchos uno de los más necesarios, siga sin regulación y siendo tan menospreciado por el común de la sociedad.
De vuelta al tebeo, comprobamos que Bernet mantiene el pulso maestro con un dibujo rápido, diferenciado del que hace por ejemplo en otros tebeos del género como Cicca Dum-Dum obra en que colabora con el mismo guionista-, acaso porque Clara es un trabajo humorístico por entregas y no una historieta seriada de carácter cómico aventurero. Esto no invalida para nada su trabajo: sigue haciendo un dibujo rápido, muy suelto y de enorme solidez, con el que demuestra que no ha perdido un ápice de su profesionalidad, de su conocimiento de la luz hay viñetas que son de cuadro- y de la volumetría.
Clara es, por qué no decirlo, un tebeo redondo. Lleva ya muchos álbumes en el mercado y, por su fórmula, constituye el clímax de los personajes de ficción de humor desbocado que caracterizaron a la Escuela Bruguera en España y a los surgidos en
Imposible evitar sonreir. Clara, siempre recomendable.
CLARA: Todo por la pasta, de Carlos Trillo, Maicas y Jordi Bernet
El Jueves: Nuevos Pendones del Humor, 56, Barcelolna. 2005
Libro de historietas en rústica, 26 X
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