miércoles, 9 de marzo de 2005

Carpe Diem

Noticias de la Tierra

Fernando Asián, artista plástico afincado en Maracaibo, fue guionista de tebeos tiempo ha. Estudiante en Sevilla en sus tiempos mozos, fue guionista de historietas en la España de los finales 1960 y durante los 1970 y trabajó en varias publicaciones de cómics de entonces: Gaceta Junior, Piñón, Trinca, El Cuco, Tarot, Super 3, Pumby, Tapón. A veces firmaba "Del Barco" (su segundo apellido) o Fool.
Actualmente es presidente de Carpe Diem, asociación de intereses artísticos radicada en Maracaibo que con sus imágenes trata de concienciar sobre el lamentable estado de probreza del tercer mundo y alertar de continuo contra el capitalismo salvaje. De un tiempo a esta parte nos alegra el mail con textos de agitación y con sus propuestas estéticas de la serie Noticias de la Tierra (en la imagen, fragmentos). También coordina las actividades de www.salondeartedigital.com, que desde Tebeosfera invitamos a visitar. Reproducimos a continuación un texto en el que reflexiona sobre la situación y apreciación de artista en Venezuela en la actualidad.

"Artista".
No hace mucho que un buen amigo, me presentaba a un compañero de trabajo, diciéndole: "Mira, quiero que conozcas a este amigo artista.", y mirándome agregaba,
casi disculpándose: ".bueno, quiero decir artista de verdad, porque ese término se usa casi de forma peyorativa en muchas ocasiones". Y mi amigo tiene razón, esta acepción tan negativa, es síntoma de un prejuicio que se refleja tanto en el lenguaje coloquial como en muchas otras manifestaciones sociales, y sucede desde muy antiguo, al parecer, en las culturas de influencia latina. Tratando, sin mucho éxito, de encontrar alguna razón que explique esta realidad, creo que este rechazo social proviene siempre de esas "matrices de opinión" que el poder dominante, (que desea verse inmortalizado
al precio que fuere), ha venido creando a lo largo de los siglos, pues el poder sabe bien que en las artes, se encierra el mensaje de su permanencia y ocaso, de su verdad y mentira.
Muy frecuentemente, la obra de grandes artistas, que lo han sido por saber transmitir la esencia y sentir de sus pueblos, ha sido la piedra en el zapato para las clases dominantes. Lo que ha convertido al artista honesto en un ser peligroso, y casi siempre,
marginado, sobre todo si además manifiesta abiertamente su libertad de pensamiento y no se vende. Muchas otras razones y acciones vienen a demostrarnos que ninguna "señora bien" desea que su hija se case con ningún artista por muy mercenario que éste sea. Pero dejando a un lado las abundantes consideraciones anecdóticas, y clichés, es importante considerar como la percepción del artista, y mas aún, de las artes en
general, determina el nivel cultural de una sociedad, y como consecuencia, el nivel de los propios artistas.
Recientemente han fallecido en Venezuela grandes artistas como Jesús Soto, cuya fama y circunstancias personales, han protegido la dignidad de sus lamentables decesos. Pero sabemos como el abandono y la marginación son la norma frecuente que acompaña a
la mayoría de nuestros artistas y artesanos en su vejez. Así se nos fue Rafael Rojas, el único planificador urbano de Venezuela, o Kurubinda, artista, sabio, memoria viva de Maracaibo, una realidad lamentable para nuestro gremio de artistas, artesanos y trabajadores de la cultura, siempre por organizar. Responsabilidad que compartimos con los dirigentes de la política y de la educación (factores muy relacionados en nuestro medio).
La Facultad de Arte de LUZ está lista a graduar su primera cohorte de licenciados en artes plásticas. Desde luego, ninguna de las materias cursadas por estos neolicenciados, ha tratado de sensibilizarlos sobre estos temas, al contrario. Los escasos medios,
materiales, intelectuales, académicos, artísticos, etc., dispuestos para esta facultad, solo pretenden mantener el status quo que ha convertido a nuestra universidad en un ente divorciado de cualquier problemática ajena a su entorno claustrofílico, o sea, la problemática política y económica relacionada con los intereses personalísimos de sus líderes.
En su infinita paradoja, esta universidad otorga doctorados honoris causa, a veces hasta merecidos, a nuestros mas destacados valores, pero curiosamente "necesita llamar a concurso" cuando se trata de contratar al mejor experto como profesor de determinada área. Esto tendría su lógica en muchos casos, en otros sin embargo, la universidad sabe, pues suele ser del dominio público, quien merece un doctorado entre nuestros mejores artistas y expertos de todo género, puesto que los ofrece y otorga, pero no los convoca directamente a su seno. ¿Por suerte?
Para muchos de nosotros, en la Venezuela que hoy se construye, y que nos llena de orgullo y esperanza, es necesario abrir la puerta de la verdadera participación, con la conciencia clara de que la pobreza no solo es una condición económica. No permitamos que la pobreza de valores impida el mejoramiento permanente de nuestras cultura. Como Alí Primera sembremos, por ahora, la obra y vida de nuestros artistas en la conciencia colectiva, que lo demás llegará por añadidura.
Fernando Asián.
Artista Plástico.

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