Los casi tres años que duró la Guerra Civil en nuestro país marcaron profundamente los siguientes setenta, y seguirán marcando nuestras vidas, indudablemente. Los ecos de aquel conflicto son el recordatorio de nuestras discrepancias actuales, precisamente ahora que sopesamos nuevamente el valor de aquel consenso adoptado para vivir democráticamente a cambio de sepultar parte de la memoria. Pero la memoria siempre aflora, y la Guerra Civil y sus secuelas nos han acompañado a lo largo de los últimos cincuenta años en todos los medios de comunicación, incluido el cómic.
El hispanista francés Michel Matly ha estudiado en profundidad los tebeos en los que se representa este conflicto y ha llegado a conclusiones interesantes sobre la abundancia o escasez de obras en torno al asunto, así como sobre el distinto tratamiento de ambos bandos en función del paso del tiempo.
Un artículo extraordinario, anticipo de una investigación mucho más ambiciosa, que nadie debe perderse:
EL COMIC ESPAÑOL Y LA GUERRA CIVIL: TRANSICIÓN Y PRIMERA DÉCADA DE DEMOCRACIA - 1976-1992
Tebeosfera. La memoria inagotable.
lunes, 17 de noviembre de 2014
sábado, 8 de noviembre de 2014
VANGUARDIA Y COSTUMBRISMO EN EL HUMOR
La sátira gráfica no se mantuvo aparte del fenómeno de "las dos Españas", esa fractura que dividió al país en izquierda y derecha durante todo el siglo XX. La dualidad ideológica y el bipartidismo, tan diluidos hoy, tuvieron sus representantes en el humor dibujado sobre todo durante los años de guerra incivil. Tono lo fue perfectamente de la derecha ideológica. Martínez de León, del bando contrario. Ambos hicieron propaganda con sus viñetas y ambos siguieron produciendo humor en la España quebrada resultante. Cada uno, en su estilo, revolucionando estética y lenguaje. De ambos da semblanza el doctor Jorge Catalá en un documento rescatado como anexo a nuestro último número:
Tebeosfera. Rescates de vanguardia.