En la narrativa, una de las facetas más exploradas del drama ha sido el del sufrimiento humano, que en ocasiones roza lo trágico. En los tebeos se comenzaron a utilizar los sentimientos de pérdida y el dolor como eje hace relativamente pocos años, aunque los personajes de historieta vienen sufriendo desde los orígenes del medio (su padecer se utilizó dentro de un esquema genérico por lo general cómico, desde los burgueses desorientados de Topffer hasta los hambrientos personajes de Bruguera).
El relato del dolor propio adquiere especial interés en el caso de los tebeos por la oportunidad que el autor tiene de representarse a sí mismo enfermo, y han sido tan abundantes los casos de historietistas que han decidido contar sus dolencias, secuelas y traumas que hasta se podría hablar de un subgénero con características propias dentro del drama biográfico.
Sobre este particular se extiende Paco Martos en un excelente artículo con el que abrimos el número 12 de TEBEOSFERA:
Tebeosfera. Nos duele la historieta.